El Malpensante/ La política de la negación

Por Carlos Alberto Rosales

@Carlos85458323

La política de la negación

En Quintana Roo se cumplirán  en breve, dos años en los cuales las autoridades de todos los niveles de gobierno van detrás de los acontecimientos. En lo que respecta a Inseguridad y sargazo.

En las últimas semanas desde las diferentes cuentas en redes sociales de organismos públicos y del propio mandatario estatal se da información sobre el benemérito trabajo que viene realizando en esos frentes de conflicto.

Tomamos la palabra: benemérito, como lo que es; un adjetivo que significa “aquello que es merecedor de una distinción, que es digno de ser reconocido, recompensado o galardonado.

Si esto es lo que esperan la autoridad estatal y municipal por tratar de protegernos de la delincuencia organizada y del sargazo en las playas que, atenta contra la economía local, están muy confundidos. Es su trabajo, es su responsabilidad y, los logros en los dos frentes mencionados no han demostrado resultados plausibles a la fecha.

En lo personal, tengo demasiadas dudas sobre la efectividad de las barreras anti sargazo que se comenzarán a instalar mar adentro para tratar de eliminar esta contingencia medio ambiental., aunque la compañía proveedora de los servicios ha trabajado satisfactoriamente en emprendimientos de menor envergadura al contratado por  la administración estatal como en lo que se refiere a: instalación de rompeolas, construcción de muelles, construcción de palapas y, limpieza de cenotes en Yucatán y Quintana Roo y boyado  de playas.

Tengo mis dudas porque ante la magnitud a la que se ha dejado llegar el recale de sargazo en la Entidad, dudo que, con unos cuantos kilómetros de barreras en red puedan erradicar el sargazo de manera efectiva en los cientos de kilómetros del  litoral marítimo. Sería ingenuo pretender que así sea, por los factores que han generado esta contingencia medioambiental  que hemos venido sufriendo desde mediados de 2014 de manera continua y sin solución de continuidad.

Asumo que es una medida   tomada a partir de una “decisión política”, para paliar esta crisis ecológica que está impactando negativamente en la imagen de los destinos turísticos del Caribe Mexicano a nivel internacional.

Como asumo también  que en un par de meses cuando, sigamos con el problema sin solución, se acrecentarán las críticas al gobierno  por haber dilapidado 250 millones de pesos que cobra la empresa que contratan para “barrer” el sargazo parcialmente de las costas quintanarroenses.

Ojalá que resulte el plan del gobierno de Carlos Joaquín para que pueda mostrar un logro en su gestión, aunque tan sólo sea de forma temporaria.

En otro orden de cosas…

Quintana Roo ha sido un estado con gobernantes abiertamente corruptos, eso no cambia pese al rechazo unánime de la ciudadanía  a las cleptocracias.

Vivimos en la época de las redes sociales, las Fake News y de la desinformación a partir del bombardeo constante de información chatarra que los gobiernos emiten en las redes.

Asistimos sin ningún recato a la política de la negación con esa rara habilidad que caracteriza a nuestros gobernantes que reescribe para promoverse de manera permanente ese aserto del ministro de Propaganda nazi Joseph Goebbels: “Miente siempre que algo quedará” que se traduce en “niega siempre, que alguien te creerá”

Tenemos ante nosotros políticos que prometieron “el cielo y las estrellas” y, hoy, por el contrario, se encierran en un ejercicio de negación voluntaria a todo lo que acontece en el estado. La idea de no asumir lo que no se quiere ver, trae consecuencias tiempo al tiempo y los problemas  de menor cuantía cuando la cleptocracìa sexenal nos robaba, ahora se presentan como graves problemas por la inacción u omisión del poder.

Sin adherir a determinada idea de cómo se debe gobernar y administrar la cosa pública o parafraseando a los romanos: la res pública, los ciudadanos debemos exigir al estado, su deber primordial de preservar el orden, garantizar el cumplimiento de la ley y propender a la convivencia social solucionando la problemática que se plantea como los que hemos expuesto porque si no corremos el grave riesgo que entremos en una negación de las ventajas de vivir en una democracia participativa a medias, pero democracia al fin.

Felicitaciones a la modernización política

Una buena idea del Ejecutivo la firma de la Carta de Intención para el Acuerdo de Modernización de Administraciones  Públicas Locales suscripto entre el gobierno estatal y los 11 alcaldes electos.

Toda iniciativa que propenda a la gestión eficaz y transparente, que mejore resultados y de beneficios a los ciudadanos es una iniciativa que como vecinos debemos apoyar para poder construir un estado moderno y eficaz.

El sexenio que vivimos en peligro

Insólito, inadmisible, inexcusable, no hay calificativos para que un empresario, comerciante sea asaltado en ocho oportunidades en lo que va de 2018. Como también es un atropello, una vergüenza hacia el damnificado que, según su denuncia existe una “presunta complicidad de autoridades policiales con grupos de delincuentes dedicados al robo de negocios y viviendas”.

Esta es la situación que está padeciendo  ex secretario de Salud  José España Novelo, actual coordinador de Programas de Fortalecimiento de Atención Médica en la Secretaría de Salud.

El funcionario ofrece una   recompensa a quien proporcione datos viables  de los sujetos que le han robado en su establecimiento  hotelero de la ciudad de Chetumal, capital del Estado a pocas cuadras de la casa de Gobierno. En ocho ocasiones ha sufrido de robos a su negocio, incluso, pese a contar con  cámaras de vigilancia, según sus propias declaraciones.

Cobro de derecho de piso y otros delitos son moneda corriente en la capital del Estado. Pese a reconocer que el gobierno del estado hace su esfuerzo; el  problema son “las malas autoridades policiales infiltradas por malvivientes que comete ilícitos, pues según su expresión. “La gente de la Fiscalía y de Seguridad Pública le dice a los delincuentes que hay quienes van a denunciarlos…”, declaró a medios locales.

Esto nos da la pauta que sólo la buena voluntad del primer mandatario estatal no alcanza para  erradicar la delincuencia de Quintana Roo.

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