El director de la Cruz Roja señaló que “ese es el contexto de la ciudad y hay que sobrellevarlo”
Cancún, Q. Roo, 16 de enero 2019 .— Las frecuentes ejecuciones, que en 2018 sumaron 550 en Cancún, 142 por ciento más que en 2017, han tenido un alto costo económico para la Cruz Roja, no sólo por el mayor consumo de
insumos médicos, sino también porque se vio obligada a invertir en la capacitación de personal para apoyar sicológicamente a los paramédicos y en la seguridad de sus instalaciones.
Su director en Cancún, Amílcar Galaviz Aguilar, comentó que si bien los servicios que se brindan en la calle son gratuitos, por cuestiones de estadística, el gasto anual se divide entre el número de viajes de
ambulancias para tener el costo promedio.
Prácticamente el costo se duplicó, pues un servicio normal costaba entre 1 mil 300 y 1 mil 600 pesos, pero con los pacientes de alto impacto prácticamente gastamos el doble de material médico porque sangran profusamente, tienen heridas importantes y requieren oxígeno, medicamentos, suero, gasas, vendas y generalmente no tienen sólo una lesión, sino dos o tres. Además, se incrementa el consumo de combustible, de modo que el costo se eleva a 2 mil 300 o 2 mil 600 pesos, explicó.
También fue necesario invertir para traer cada mes a una persona del área de Psicología de la Ciudad de México para “couchear” al personal, a fin de que sepa cómo manejar este tipo de situaciones sin caer en un
estado de estrés. Eso implica gastos de traslado, alojamiento y alimentos.
Galaviz Aguilar recordó que, a raíz de su trabajo en zonas conflictivas del mundo, la Cruz Roja Internacional diseñó Cursos de Acceso más Seguro, que se “tropicalizaron” en México derivado de los problemas de inseguridad en diversas partes del país.
De esa forma se capacitó a gente de la Cruz Roja Mexicana para hablar y entrenar a los paramédicos sobre cómo actuar en ese tipo de situaciones. Nosotros tuvimos que traer a esa gente para que nos enseñara cómo
comportarnos, cómo actuar, cómo establecer procedimientos de seguridad para nuestro personal, reveló.
La primera vez que los trajimos fue en 2015 por una normativa nacional.
Sin embargo, a raíz del ataque a la Fiscalía, a principios de 2016, tuvimos que traer dos veces el curso porque la frecuencia de los ataques se incrementó y teníamos días con tres, cuatro o cinco lesionados, continuó.
El personal se empezó a estresar porque ya no sólo tenía que ver al paciente, sino también lo que ocurre alrededor; la ambulancia tiene que ir y salir con más rapidez por la gravedad del paciente y por seguridad, porque cuanto menos tiempo esté con nosotros tendremos más seguridad, indicó.
El director de la Cruz Roja señaló que “ese es el contexto de la ciudad y hay que sobrellevarlo” y aclaró que si bien el año pasado se firmó un convenio entre ambulancias privadas mediante el cual algunas brindan servicios en la ciudad por medio del Centro Regulador instalado en el C-4, pero hay empresas que no envían las suyas a este tipo de incidentes porque no corren ese riesgo, de acuerdo con sus protocolos y procedimientos.
Nosotros tenemos que ir, no hay opción, aunque extremamos la capacitación y entrenamiento de los paramédicos para que entiendan el contexto de lo que pasa, apuntó.
Por esa razón, en diciembre enviaron a dos sicólogas de la institución a un curso que impartió la Cruz Roja Internacional en Toluca para que aprendieran a identificar síntomas de estrés entre el personal, hacer
una detección temprana e intervenir.
Esto es independiente de los protocolos y procedimientos de seguridad que implementamos junto con las autoridades. Son cuestiones que nunca pensamos que tendríamos que ver, pero es parte del trabajo, continuó.
Los gastos no paran ahí. La seguridad en las instalaciones también se reforzó, se establecieron procesos y protocolos para el acceso de todo el personal, todo es videograbado las 24 horas, se instalaron rejas de acceso controlado a las instalaciones y en algunas ocasiones, incluso, personal de Seguridad Pública las resguarda.
(Infoqroo)
