Isla Mujeres, Q. Roo, a 23 de octubre 2017.- Debido al ataque sobre un par de mascotas con una pistola de diábolos que se dio en la marina Capitán Azul, se interpuso una denuncia en contra de Juan de Dios García Povedano, también conocido como “La Wacha”, ante la Fiscalía del Estado en Isla Mujeres, por el delito contra el ambiente y la fauna.
La denuncia penal la interpuso la señora Leticia Solís Bacelis, debido a que en reiteradas ocasiones Juan de Dios García disparó sobre dos canes que se encuentran en la Marina Capitán Azul, a quienes les causó diversas lesiones en el cuerpo, la cabeza y orejas y hasta las extremidades, en donde recibieron varios impactos de una pistola de diábolos.
Las mascotas lesionadas son un snauzer y un pitbull, los cuales en estos días viven temerosos de que sigan siendo agredidos con la pistola de diábolos, y ahora hasta temen salir de la casa donde se encuentran sus amos.
Desde luego las lesiones fueron corroboradas por un médico veterinario, después que doña Leticia Solís los llevó a revisión, ya que pensaba que algún proyectil pudo haberse alojado en el cuerpo de las mascotas, lo que se descartó finalmente, lo que desde luego no minimizó las lesiones y mantiene atemorizados a estas mascostas.
Doña Leticia Solís Bacelis, lamentó y reprochó que esta persona, Juan de Dios García, presente este tipo de comportamientos, y más aun cuando se trata del padre de la directora de Tortugranja, que es precisamente una bióloga que debe de dedicarse al cuidado de los animalitos.
Al mismo tiempo explicó que la agresión son pistola de diábolos sobre sus mascotas se debe a que su vecino argumenta que no lo dejan dormir la siesta por las tardes, cuando se supone que la zona es un área de trabajo donde se asientan solamente marinas para embarcaciones, por lo que no se trata de una zona habitacional.
Finalmente dijo que pide justicia debido a estos actos reprobables sobre sus mascotas y que este caso no vaya a ser manipulado por las autoridades, tomando en cuenta que su hija es trabajadora del gobierno, y que de una vez por todas se le invite al agresor a abandonar el área y regrese a su domicilio.
