Israel, 10 octubre del 2023 (Macropolis QR).- Entre los centenares de muertos en las últimas hostilidades entre Israel y Hamás, muchos son niños. Y a pesar de que la matanza de niños y niñas es invocada por ambos bandos como prueba de la brutalidad de su enemigo, el número de muertos sin duda seguirá aumentando.
Porque desde hace décadas, ni Israel ni Hamás han mostrado ninguna voluntad de acatar un principio básico del derecho internacional humanitario: que en tiempos de conflicto se debe hacer todo lo posible para salvar a los jóvenes.
Este aspecto del conflicto rara vez recibe la atención que merece por parte de los políticos o los medios de comunicación. E incluso las organizaciones benéficas que trabajan en la región a menudo no abordan el problema como les gustaría. Sin embargo, investigadores como yo hemos podido destacar cuán significativamente se ven afectadas las vidas de las infancias.
El lanzamiento indiscriminado de cohetes contra Israel ha expuesto a los niños y niñas de ese país a traumas, lesiones y muertes. Mientras tanto, innumerables niños palestinos mueren en los bombardeos de la Franja de Gaza. En la Ribera Occidental y Jerusalén oriental, el asesinato de niños palestinos es un hecho frecuente que invariablemente queda impune.
Sin embargo, una adición de 1977 a los Convenios de Ginebra (artículo 77) establece que: “Los niños serán objeto de un respeto especial y serán protegidos contra toda forma de atentado al pudor”.
Continúa diciendo que las partes enfrentadas deben proporcionar a los niños “el cuidado y la ayuda que necesitan”. Pero hay poca evidencia de que Hamás o Israel hayan mostrado este cuidado.
También vemos un total desprecio por el derecho internacional en el secuestro de niños por las fuerzas enemigas. Tras el reciente ataque de Hamás contra Israel, han surgido informes impactantes de niños y niñas israelíes tomados como rehenes por Hamás y transportados a la Franja de Gaza solos o con sus padres.
La violencia contra niños palestinos, encarcelados bajo régimen militar
También es escandaloso el secuestro prolongado y rutinario de niños palestinos, algunos de tan solo 12 años. Las pruebas reunidas por la organización benéfica británica Save The Children y otras organizaciones muestran que estos niños palestinos están recluidos en prisiones, a menudo con adultos, y suelen ser agredidos por los guardias.
La detención administrativa suele durar meses, y la liberación se ofrece solo después de firmar una confesión, generalmente por arrojar piedras. Sin embargo, según se informa, esas confesiones se obtienen bajo la amenaza de continuar encarcelando si el niño se niega.
Esas violaciones continúan impunemente y sin comentarios ni intervenciones. Los principales medios de comunicación rara vez informan sobre las violaciones de los derechos básicos de los niños palestinos, mientras que los líderes políticos se han mostrado reacios a participar.
Los trabajadores de la caridad sobre el terreno, muchos de los cuales he entrevistado en los territorios ocupados, se sienten incapaces de hablar. Aunque son muy conscientes de la violencia que sufren los niños palestinos, se sienten limitados por los donantes gubernamentales deseosos de no alienar a las élites políticas y empresariales de Israel. Incluso cuando hay un gran estallido de violencia, estas organizaciones tienen poco poder para exigir que se cumpla con el derecho internacional.
Dicho esto, Save the Children ha condenado la violencia actual, diciendo que la escala de los ataques en Israel y Gaza está causando daños que perdurarán mucho después de la crisis inmediata.
El tipo de daño al que se refieren fue el tema de un estudio reciente en el que exploramos la protección de los niños refugiados en la Franja de Gaza y CisJordania. Analizamos las amenazas a las que estaban expuestos y cómo se podían reducir esas amenazas.
El miedo constante a los bombardeos sobre Gaza
Encontramos que las situaciones en los dos lugares son marcadamente diferentes. En Cisjordania, la vida cotidiana era dura, pero de alguna manera las familias se las arreglaban. En la Franja de Gaza, los niños están expuestos de forma rutinaria al peligro mortal que cae del cielo en cualquier momento. La impotencia de los padres palestinos se ponía de manifiesto con regularidad.
Como nos dijo una madre en Gaza: “Honestamente, […] Nunca me siento segura, y siempre estoy aterrorizada de que algo malo pueda suceder y lastimar a mis hijos. Nunca se sienten seguros o cómodos. No están mental ni físicamente sanos”.
Esa entrevista se realizó unos meses después de un gran estallido de violencia militar en 2021 en el que murieron 66 niños palestinos. Dos años después, se están produciendo hostilidades aún mayores.
Para agravar la amenaza a la supervivencia de los niños, Israel ha anunciado que el bloqueo a la Franja de Gaza, que tiene ya 16 años y contando, será ahora aún más punitivo con la retención de alimentos, agua, electricidad y combustible. Mientras tanto, los principales donantes a los palestinos, incluida la Comisión Europea y los gobiernos de Alemania y Austria, están considerando la suspensión de la ayuda.
La capacidad de los padres palestinos para proteger a sus hijos se está viendo socavada como nunca antes. Y parece que el derecho internacional no cuenta para nada.
Escrito por Jason Hart, profesor de Humanismo y Desarrollo de la Universidad de Bath.