Se radicaliza el cambio climático

Washington,  EUA, 2 de agosto 2018.-La emisión de gases de efecto invernadero y el deshielo en el Ártico alcanzaron máximos históricos en 2017, de acuerdo con el Informe Anual del Estado del Clima emitido ayer por la Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) y la Sociedad Estadunidense de Meteorología.

El estudio, elaborado por 450 científicos de más de 60 países, describe el empeoramiento de las condiciones climáticas en todo el mundo en 2017, cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidió retirarse del Acuerdo Climático de París.

El jefe de la Agencia de Protección Medioambiental (EPA), Andrew Wheeler, aseguró ayer que el organismo que dirige “continuará la agenda del Presidente a toda velocidad”.

El informe asegura que la concentración media mundial de dióxido de carbono (CO2) en la superficie de la Tierra ese año fue de 405 partes por millón (ppm), es decir, 2.2 ppm más que las registradas en 2016 y la más alta en los registros modernos de medición atmosférica.

Los hallazgos de la investigación apuntan que la tasa de crecimiento global de CO2 se ha “casi cuadruplicado desde principios de la década de 1960”.

De hecho, los tres gases de efecto invernadero más peligrosos liberados a la atmósfera (dióxido de carbono, metano y óxido nitroso) alcanzaron nuevos récords.

Los datos que arroja el estudio sobre la situación del Ártico no son tampoco alentadores: un calor sin precedentes envolvió el Ártico, ya que la temperatura de la superficie terrestre en 2017 fue 1.6 grados centígrados superior al promedio registrado entre 1981 y 2010.

En marzo, la extensión del hielo marino alcanzó su cifra más baja en el registro de satélites desde hace 37 años y los glaciares de todo el mundo se redujeron por trigésimo octavo año
consecutivo.

Las temperaturas anormalmente cálidas de la superficie del aire y el mar en el Ártico no se han observado en los últimos dos mil años”, aclara el estudio.
CLIMA “ANORMAL”

El informe usa la palabra “anormal” una docena de veces, en referencia a las tormentas, sequías y altas temperaturas.

En el resto del mundo también se batieron récords de calor: Argentina, Bulgaria, España y Uruguay sufrieron las temperaturas anuales más altas jamás registradas en esos países, mientras que México “rompió el récord por cuarto año consecutivo”.

Rompiendo más registros de calor, en Puerto Madryn, Argentina, hubo 43.4 grados centígrados el 27 de enero del año pasado, la temperatura más alta jamás experimentada en el hemisferio sur.

Mientras que en Turbat, en el oeste de Pakistán, se registró la temperatura más alta de la historia el 28 de mayo del año pasado: 53.5 grados.

España experimentó su año más cálido desde que comenzó sus registros en 1965, superando los récords anteriores de 2011, 2014 y 2015 en 0.2 grados.

Además, “las precipitaciones globales en 2017 fueron netamente superiores al promedio”, explica el informe.

Algunas zonas del planeta, mientras tanto, sufrieron sequías prolongadas, lo que demuestra que “las precipitaciones extremas no están distribuidas uniformemente”. (Excélsior)

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