Una denuncia anónima condujo a las autoridades federales al hallazgo de 36 personas de distintas nacionalidades hacinadas dentro de una casa en la colonia Hombres Blancos, en el municipio de Sonoyta, zona cercana a la frontera de Sonora con Arizona.
Tras la denuncia, agentes de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y de la Agencia Ministerial de Investigación Criminal (AMIC) se acercaron al sitio, donde comenzaron a escuchar gritos de ayuda.
El rescate ocurrió en un domicilio ubicado en la calle D de la colonia Hombres Blancos. Dentro de la casa había 30 personas de origen indio, cuatro ecuatorianas, una nepalí y una paquistaní.
Las autoridades detuvieron a tres sujetos: Gildardo ‘N’, de 54 años, José Luis ‘N’, de 37 y, de la misma edad, José Daniel ‘N’. Según los efectivos, José Daniel intentó evitar ser detenido ofreciendo 30 mil pesos mexicanos, equivalentes a aproximadamente mil 490 dólares.
Mientras esas tres personas fueron puestas a disposición de la autoridad federal, los migrantes están bajo resguardo del Instituto Nacional de Migración (INM), que procederá con los trámites que marca la ley.
El operativo fue desplegado luego de que una persona, que pidió el anonimato, alertara a las autoridades sobre la situación; al llegar al domicilio, las autoridades ingresaron tras escuchar gritos de auxilio de los ecuatorianos provenientes del interior.
Las víctimas habían sido secuestradas por un trío de “polleros” que exigían a sus familiares varias cantidades de dinero. Estaban en un domicilio de Sonoyta, municipio ubicado a unos kilómetros de la frontera de Sonora con Estados Unidos.
Los tres detenidos fueron puestos a disposición del Ministerio Público Federal, mientras que los migrantes quedaron bajo el resguardo del Instituto Nacional de Migración (INM), donde se les brindó asistencia médica y apoyo para facilitar el retorno a sus países de origen.
El rescate ocurre en un momento crítico para la región, donde la crisis migratoria se ha intensificado debido al endurecimiento de políticas en la frontera norte, particularmente en Arizona, estado vecino.
La expectativa de nuevas restricciones migratorias, a un mes de que Donald Trump asuma nuevamente la presidencia de Estados Unidos, ha generado un aumento en los intentos de cruce irregular, impulsados por redes de tráfico humano que operan en la zona.
Sonoyta, en la frontera con Lukeville, Arizona, es un punto estratégico para los traficantes debido a su ubicación geográfica y la relativa porosidad hacia Estados Unidos. Esas condiciones han llevado a un aumento en la vigilancia militar y policíaca en la región.
El INM ha señalado que, pese a los esfuerzos por fortalecer los programas de protección y regularización, el flujo migratorio ha superado la capacidad de atención en la región, mientras que organizaciones de derechos humanos han llamado a garantizar trato digno para los migrantes y que los “polleros” enfrenten la justicia.