Cancun, Q. Roo., 29 de agosto 2018.- Con el objetivo de disminuir la incidencia de enfermedades como obesidad y sobrepeso en la población escolar, se debe otorgar a los estudiantes alimentos sanos, que sean nutritivos y les aporten energía para desempeñarse en la escuela, además de la recomendación a que realicen actividad física por lo menos 30 minutos al día para mantenerse sanos, señaló el jefe de la Jurisdicción Sanitaria número 2, Homero León Pérez.
Explicó que es fundamental que los infantes aprendan a llevar una alimentación saludable y adecuada, ya que se previenen enfermedades crónico-degenerativas desde la infancia como el sobrepeso, la obesidad y la hipertensión.
Para aprovechar las capacidades que tienen los infantes para su desarrollo, es de vital importancia que los padres hagan un esfuerzo por brindarle a los pequeños una alimentación más adecuada a su edad y no darles alimentos hipercalóricos o comidas rápidas las cuales contienen grasas.
Recomendó que se debe empezar el día con una opción de fruta, cereal y leche. Para el receso se le puede enviar a los pequeños una porción de fruta, agua simple y sándwich o quesadilla de pollo, atún o queso. Se recomienda evitar los embutidos porque es uno de los factores de producción de cáncer de colon. La porción de fruta puede incluir jícama, zanahoria o pepino, en lugar de frituras o comida frita. Evitar darle a los pequeños tamales, pizza o carne de desayuno, ya que aporta al organismo grasa y es difícil digerir estos alimentos hipercalóricos.
Para tener una alimentación correcta es necesario hacer una combinación adecuada entre cantidad y calidad de alimentos, distribuyendo los alimentos en 5 tiempos, es decir tres comidas principales (desayuno, comida y cena) y dos refrigerios. Una de las recomendaciones es basarse en el plato del bien comer que indica porciones de frutas y verduras, cereales y tubérculos, leguminosas y alimentos de origen animal.
Evite en lo posible dar a los niños pan dulce, dulces, alimentos empanizados, embutidos, capeados o fritos, refrescos, galletas, pastelitos, chocolates o frituras empaquetadas; ya que estos aportan calorías que los niños no están utilizando, además de consumir el alimento posterior a cocinarlo y conservarlo en refrigeración.