Chetumal, Q. Roo, 7 de Junio 2018.-“No podemos ni debemos acostumbrarnos a vivir con miedo y violencia; no podemos admitir que el tema se siga desbordando ni que cancele el futuro de los jóvenes, esa situación no puede continuar”, señaló Mayuli Martínez, candidata a senadora d la coalición “Por Quintana Roo al frente”.
La estrategia de seguridad del sexenio del Gobierno Federal transcurrió sin cambios sustantivos: los delitos comunes siguieron persiguiéndose con un sistema policial desarticulado y descoordinado, utilizando a las Fuerzas Armadas en un contexto de violencia creciente, además de un limitado gasto en prevención social o de investigación del delito.
De acuerdo con las estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, a meses para que termine el sexenio y hasta diciembre pasado, el número de homicidios dolosos en el sexenio de Enrique Peña Nieto (107 mil 21) rebasó a los ocurridos en la administración de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa (102 mil 859).
Mayuli señaló que los cambios institucionales que se impulsaron en la administración federal, como extinguir la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y su reincorporación a la de Gobernación (Segob), así como la creación de la Comisión Nacional de Seguridad y la Gendarmería Nacional, “no contribuyeron para mejorar los resultados”.
La abanderada de los partidos Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC) sostuvo que las razones del fracaso en seguridad, no solo es la fallida estrategia de seguridad, sino el esquema institucional.
En ese sentido, indicó que actualmente ese esquema provoca la descoordinación entre autoridades locales, federales y municipales, así como entre los poderes, las instituciones (Fuerzas Armadas y civiles), las autoridades y la propia sociedad.
Mayuli Martínez sostuvo, en apoyo a las propuestas del candidato presidencial del Frente, Ricardo Anaya Cortés, que urge una política de seguridad que ponga en el centro de la estrategia a las personas y las víctimas, y al delito como prioridad nacional y al centro de políticas públicas audaces, innovadoras y eficaces: tenemos que recuperar la paz.