“Los adultos debemos dar un paso al lado”: adolescentes lideran una marcha histórica contra las armas en Washington DC

Washington, 24 de marzo 2018.- Rodeada de carteles pidiendo el fin de las armas en las escuelas, Nicole Hockley, de 47 años, dice que este sábado será el día más importante en su carrera como activista, una que empezó un frío viernes de 2012 en Connecticut. Ese día su hijo Dylan, de 6 años, murió en la escuela primaria Sandy Hook junto a 26 niños y maestros.

Pero ella no liderará este sábado la gran protesta nacional March for Our Lives, con la que los adolescentes de la escuela secundraria Marjory Stoneman Douglas y sus aliados exigirán al Congreso que aumente los controles de las armas y prohíba los dispositivos más sanguinarios.

“Los adultos debemos dar un paso al lado y dejar a los estudiantes liderar”, dijo Hockley a Univision Noticias, recién llegada a Washington. “Saben cómo llegar a la gente en gran escala y muy rápidamente, cómo energizar de una manera que yo no sé hacer”.

La capital federal espera hasta medio millón de estadounidenses en sus calles este sábado, en una iniciativa que lanzó un estudiante de la secundaria en Parkland, Cameron Kasky. El pasado 14 de febrero, este joven de 17 años huyó de la masacre en su escuela junto a su hermano y escribió mensajes contra las armas en Facebook a solas en su casa.

Ahora, tan solo cinco semanas después, March for Our Lives ha recaudado 3 millones de dólares y ha convocado para este sábado marchas sin precedentes en varios puntos de Estados Unidos y el mundo.

Hockley es directora ejecutiva de la fundación Sandy Hook Promise, creada un mes después de la masacre en la escuela primaria en la que murió asesinado su hijo hace media década. No es la única activista con la esperanza en la próxima generación, en los jóvenes de Parkland y los miles de adolescentes que los han secundado en todo el país.

La fundación Giffords, que lucha contra la violencia armada, coordinó este viernes decenas de encuentros de estudiantes de la escuela Stoneman Douglas con legisladores. La campaña Brady, a favor del control de armamento, financió autobuses para que otros alumnos de Parkland viajaran 1,200 millas hasta la capital federal. Otras organizaciones, como One Pulse, de víctimas del tiroteo del club de Orlando, también participan en la marcha.

Son conscientes de lo logrado por el movimiento estudiantil Never Again en cinco semanas y quieren apoyarlos.

Los jóvenes de Parkland hicieron cabildeo en el Capitolio de Florida, lograron una ley de control de armas en ese estado, movilizaron decenas de miles de estudiantes en un paro nacional el 14 de marzo y consiguieron que grandes corporaciones terminaran los descuentos para la Asociación Nacional del Rifle (NRA). Y sí, también han conseguido en redes sociales y televisión criticar sin tapujos al lobby de las armas y a los políticos que reciben sus donaciones.

Según la organización March for Our Lives, la gran protesta del sábado tiene tres grandes aspiraciones políticas en Washington: prohibir los rifles de asalto tan comunes en tiroteos masivos, parar la venta de cargadores de alta capacidad que permiten disparar rápidamente grandes cantidades de munición y cerrar los vacíos legales en el chequeo de antecedentes cuando se compra un arma. Ese último punto incluye endurecer la comprobación para aquellos que compran online o en ferias de armas.

Una protesta tan joven es también un reto para las autoridades de Washington, que necesitan extremar el cuidado. La policía de la capital está activa al 100%, agentes federales quedan en guardia y hay puntos de reencuentro por si menores de edad se pierden.

Los estudiantes han recibido instrucciones para mantener su vigilancia: no comparten ubicaciones concretas ni contactos telefónicos. Les dicen que el auge del movimiento en redes sociales también va acompañado de detractores a favor de la posesión de las armas sin más límites.

La seguridad también es máxima porque, aparte de los nuevos líderes estudiantiles, también participan en March for Our Lives artistas como Ariana Grande, Miley Cyrus, Jimmy Kimmel, George y Amal Clooney, Julianne Moore y Lin-Manuel Miranda. Habrá un escenario único, desde donde hablarán con el Capitolio de fondo, y una veintena de pantallas gigantes.

Aunque las organizaciones convocaron a las 12 del mediodía en la avenida Pennsylvania, que conecta el Capitolio y la Casa Blanca, ha habido grandes aglomeraciones de gente desde antes, por lo que se anticipa que a pesar de llamarse March for Our Lives, será más bien una protesta sin opción a ir avanzando por las calles de Washington DC.

Los primeros participantes. Entre los asistentes había personas muy jóvenes como Audrey Helmes de 10 años y su hermana Kate, que viajaron desde Virginia para decir “Suficiente es suficiente”. La mexicana Belén Rivera de 49 años vino a la capital desde Houston, Texas, para participar en la marcha, al igual que lo hizo en 2017 para estar presente en la Women’s March. En esta ocasión, preparó un mensaje que pide “Más niños, menos armas”.

Otro de los presentes en las calles de Washington DC este sábado por la mañana era Alex Tardiff, quien perdió dos amigos en el tiroteo de Virginia Tech en 2007, vio a amigos caer en la depresión y arrastra traumas desde entonces. Asegura que con esta marcha ha visto un impulso histórico que no había visto en estos 11 años en los que ha trabajado como activista.

Dejanae Gilliam también salió a marchar en la silla de ruedas en la que quedó tras recibir un disparo en San Francisco con una pancarta que pedía: “Ayúdenme a salvar vidas. La violencia de armas casi se llevó la mía”. (Información: Univision / Fotografías: Univision)

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