EFE.– El primer ministro libanés, Najib Mikati, denunció el ataque israelí lanzado contra los suburbios meridionales de Beirut conocidos como el Dahye, un importante bastión del grupo chií Hezbolá, como un “acto criminal” y afirmó que se reserva el “derecho a tomar medidas” para disuadir la “hostilidad israelí”.
“Estamos preservando nuestro pleno derecho a tomar todas las medidas que contribuyan a disuadir la hostilidad israelí”, dijo Mikati en un comunicado después de que el Ejército israelí confirmara haber bombardeado Beirut en una operación dirigida contra el “comandante responsable del asesinato de niños en Majdal Shams”, en referencia al ataque atribuido a Hezbolá el sábado en esa localidad de los Altos del Golán ocupados por Israel, en el que murieron 12 menores.
El primer ministro denunció “la flagrante agresión israelí” contra la zona de Haret Hreik, que “causó la caída de decenas de ciudadanos libaneses, entre muertos y heridos”.
La Agencia Nacional de Noticias (ANN) libanesa ha confirmado al menos una mujer muerta y un número indeterminado de heridos en esta acción.
“La máquina de asesinar israelí no se ha quedado satisfecha con los bombardeos en las zonas libanesas en el sur y en otras partes, llegando hoy a la profundidad de la capital, Beirut, y a distancia de unos metros de uno de los mayores hospitales en el Líbano”, dijo en la nota, en referencia al Hospital Bahman, que se encuentra junto al edificio atacado.
“Este acto criminal que pasó hoy es un eslabón en la serie de operaciones hostiles que tienen como objetivo los civiles en una violación clara y expresa de la ley internacional humanitaria”, aseveró.
Convocó a los ministros del Ejecutivo a reunirse en el Palacio del Gobierno a las 8:30 hora local para discutir “los acontecimientos urgentes”, en alusión a lo ocurrido esta noche.
Israel prometió responder “con dureza” al ataque a Majdal Shams contra un campo de fútbol donde jugaban niños y adolescentes, matando a 12, todos entre 10 y 16 años.
El Ejército israelí atribuyó el ataque del pasado sábado a Hezbolá, mientras que el grupo chií niega la autoría.
La comunidad internacional, especialmente Estados Unidos, está mediando para que la respuesta sea contenida y no desemboque en una guerra abierta en la frontera entre Israel y el Líbano, que vive su mayor pico de tensión desde 2006, cuando el Ejército israelí y Hezbolá ya libraron una guerra.
La frontera entre Israel y el Líbano vive un intercambio de fuego desde octubre, que se ha cobrado la vida de más de 560 personas, la mayoría en el lado libanés y en las filas de Hezbolá.