Fue el 20 de enero de 2017 cuando la vida de Roberto González cambió para siempre. Tenía 41 años y vivía con su esposa y su hijo de 10 años en Playa del Carmen. Ese día un perro ingresó a su domicilio y asustó a una perrita ciega que tenía. Tras el incidente él discutió con la dueña del animal.
Lo que de inicio pareció una discusión habitual entre vecinos tuvo un lamentable desenlace: la mujer que había tenido diferencias con Roberto regresó con su esposo, Rodrigo Galán, quien apenas abrieron la puerta se le fue encima a Roberto, dejándolo inconsciente e inmóvil de manera inmediata.
Desde entonces y gracias a los videos que documentaron la agresión, Rodrigo Galán ha sido conocido como #LordCobarde. Y Roberto y su familia siguen esperando que haya justicia.
Pero la ley no lo ha favorecido y ha sido en gran medida por la intervención del juez Nicolás Pinzón Ávila, quien al parecer habría ayudado a la parte acusada en este caso a evadir a la justicia.
Y es que este juez, Nicolás Pinzón, quien ha sido señalado en los últimos días de haber operado para favorecer a Carlos Mimenza Novelo en un caso donde el empresario había sido acusado de extorsionar y amenazar a una persona de identidad reservada, también habría permitido que #LordCobarde siga libre e impune.
Una de las acciones con las que Nicolás Pinzón favoreció a #LordCobarde fue que le permitió a la esposa de Rodrigo Galán no testificar en el caso, cuando era una testigo clave. Y no solo eso, ya que ella provocó que su esposo agrediera a Roberto e incluso habría participado en las agresiones, lo que la haría cómplice.
Hoy, a cinco años de la agresión, Roberto, gracias a terapias y múltiples cirugías sigue vivo. Sin embargo, las lesiones sufridas por la agresión de #LordCobarde impiden que su cerebro envíe señales al resto del cuerpo. Perdió movilidad del cuello para abajo, esá cuadrapléjico.
Y como el responsable no se ha hecho cargo de los gastos de las terapias y operaciones, ha sido la familia la que ha cubierto estos pagos.
¿Tibieza, negligencia, corrupción? No se sabe qué fue lo que motivó al juez Nicolás Pinzón Ávila para que una testigo clave en el caso de la brutal agresión contra Roberto González no acudiera a declarar, so pretexto de estar embarazada.
Parece que hay una constante en los casos que pasan por manos de este juez asentado en Playa del Carmen. Hay sospechas de corrupción y muchas veces se protege a los presuntos culpables en lugar de favorecer a las víctimas.
¿Es este el Poder Judicial que merece la gente de Playa del Carmen y de Quintana Roo? Creemos que no. (Fuente: Quinta Fuerza)
