HURACANES, RECORDATORIO DE LA IMPORTANCIA DE UN SEGURO DE DAÑOS


Entre 2000 y 2018, el costo anual de los desastres en México fue de 2 mil 357 millones de dólares, de acuerdo con Cenapred.

En 2021 la temporada de huracanes ha causado daños de inundaciones e infraestructura a 368 mil personas, en los estados de tabasco, Chiapas, Veracruz y Quintana Roo.

En esta temporada, las autoridades esperan hasta 37 ciclones tropicales; en 2018, los desastres naturales costaron 15 mil 010 millones de pesos.

Ciudad de México, 3 de diciembre de 2020.– Las inundaciones en Quintana Roo, Tabasco, Chiapas y Veracruz son un recordatorio de la importancia de contar con un seguro de daños. En Tabasco, Chiapas y Veracruz las lluvias e inundaciones de noviembre han dejado 368 mil personas afectadas. Tabasco, el estado más impactado este año, no tenía inundaciones de tal magnitud desde 2007.

El huracán Delta es el fenómeno meteorológico de mayor intensidad que impactó Cancún desde el huracán Wilma de hace 15 años, en 2005. Ambos huracanes dejaron inundaciones, daños en infraestructura y pérdidas por millones de pesos.

Delta, que estuvo activo a inicios de octubre, fue uno de los 37 ciclones tropicales1 que esperan las autoridades este año. La temporada de ciclones tropicales inició el 15 de mayo en la cuenca del Pacífico y el 1 de junio en el Atlántico, de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

“En los últimos 15 años se ha avanzado mucho en el desarrollo de planes, cultura de protección y mejora en infraestructura para enfrentar desastres naturales en las zonas de más riesgo en el país. Lo ideal es que ese esfuerzo se complemente con un seguro. Sin embargo, y pese a los esfuerzos de incentivar la cultura de la prevención y que México es propenso a estos desastres, la penetración del seguro de daños todavía es baja”, comentó Annette Robles, Directora de Daños de AIG Seguros México.

Analizar los riesgos
Protección Civil anticipó que más de 17 millones de mexicanos en 10 estados del país estarán expuestos a mayores riesgos por la actual temporada 2020 de ciclones. Las entidades con mayor riesgo son: Baja California Sur, Campeche, Colima, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Quintana Roo, Sonora, Veracruz y Yucatán.

“Los huracanes, sismos y demás desastres naturales pueden destruir todo un patrimonio en cuestión de segundos. La manera más efectiva de reactivar cualquier negocio, sin importar el tamaño, es con el respaldo de expertos y de la mano de una aseguradora”, apuntó Robles.

“El seguro es solo una transferencia de riesgo: en lugar de que lo corramos yo o mi compañía, recae en la aseguradora. Ahora bien, es fundamental conocer a qué riesgos estamos expuestos y cómo podemos minimizarlos o protegernos. Ese es el primer paso para determinar qué póliza de seguro y qué coberturas son las que se necesitan en cada caso particular.

En esta medición de riesgo entran en juego muchas variables: ubicación geográfica, valor de los activos, tamaño de la empresa, giro, desglose de bienes muebles e inmuebles, medidas de seguridad instaladas, etc.

“En AIG tenemos productos a la medida de las necesidades de nuestros clientes, segmentados por tamaño de los negocios y por giro, y vamos siempre de la mano de nuestra área de ingeniería para ofrecer recomendaciones para enfrentar los riesgos”, abundó.
En el caso particular de la temporada de ciclones, el viento, inundaciones y fallas eléctricas son los tres principales riesgos que considerar:
• El viento puede dañar estructuras, techos, ventanas y equipos exteriores debido a la presión de viento o proyectiles. Si la estructura del inmueble o su protección colapsaran, están expuestas también a daños por agua.
• El aumento en el nivel del mar, golpes de agua e inundaciones pueden traer serias consecuencias en inmuebles ubicados directamente frente al mar y hasta una distancia de 300 metros.
• Después de un ciclón y lluvias fuertes, las fallas y fluctuaciones eléctricas son comunes, lo que puede dejar inservible equipos y maquinarias.
Los desastres naturales no solo dejan daños en infraestructura, sino que también rompen con cadenas de producción, que derivan en el paro de actividades y pérdidas de empleos.
“No perdamos de vista que cuando hablamos de siniestros derivados de actos de la naturaleza es muy probable que se trate de siniestros severos, en los que puede ocurrir la pérdida total de un inmueble, por ejemplo, dejando a la persona desamparada al perder su patrimonio. Si no contara con un seguro, tendría que empezar a construir desde cero su negocio.
“Por eso es esencial no solo contar con un plan de prevención, sino también con una herramienta que nos dé la certeza de que, ante una situación adversa, alguien responderá y nos ayudará a salir adelante”, finalizó Robles.

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