Ambientalistas denunciaron los métodos utilizados por el personal encargado de las obras del Tren Maya para tratar de contener los escurrimientos de diésel hacia un pozo de agua ubicado debajo de la obra en el tramo 5.
Guillermo Dchristy, ingeniero industrial, espeleólogo y consultor de agua, publicó en sus redes sociales fotografías y videos donde se observan plásticos que simulan una “hamaca” y cercos construidos con botellas de plástico para intentar contener los escurrimientos.
El experto calificó como “mediocre” los métodos utilizados para tratar de subsanar este problema que fue advertido desde hace dos años por los expertos.
“Botes con detergente, guardas hechizas con botellas de refresco para “contener” escurrimientos. Un equipamiento muy mediocre para tratar de subsanar. ¿En verdad creen que con esto el personal va a poder hacer un trabajo profesional?” (Sic), cuestionó el ambientalista en su publicación.
En uno de los videos compartidos, Guillermo Dchristy narra a Alicia Bárcena, secretaria de Medio Ambiente lo encontrado dentro de esta caverna y asegura que en el lugar había decenas de criaturas, arañas, amblipigios y grillos muertos a causa de la atmósfera contaminada.
“Mire doctora Bárcena, esto que ponen aquí los trabajadores supuestamente es para atrapar el diésel y los hidrocarburos que están escurriendo desde la superficie, pero como podrá comprender es inútil, vea el color del agua ya todo contaminado. Ya se hicieron análisis y nos confirmaron que hay diésel”, describió.
Además, expresó que esta no es la manera de remediar lo que se ha hecho mal desde un inicio, sobre todo porque hay dos amparos y dos órdenes judiciales que dicen que se deberían de parar estas obras hasta que se tengan los estudios adecuados.
“Estamos hablando de la impunidad que tiene el gobierno, no debe ser la manera de construir obras para ningún gobierno federal”, expresó en su video.
Según el activista se han documentado escurrimientos de concreto, cimbra reventada y concreto deslavado dentro del acuífero. Por lo mismo los jueces concedieron dos suspensiones definitivas, pero aun así siguen trabajando y afectando.
El activista indicó que esta denuncia es sólo una muestra de lo que ocurre a lo largo de al menos 70 kilómetros en el tramo del Tren Maya que abarca 124 cavernas y cenotes.
