Este miércoles, un grupo de especialistas internacionales presentó en México un informe que busca redefinir la obesidad como una enfermedad crónica y sistémica. El documento, publicado en The Lancet Diabetes & Endocrinology y respaldado por 75 organizaciones médicas a nivel mundial, propone enfoques basados en evidencia y personalizados para la prevención, manejo y tratamiento de esta condición en adultos y niños.
Ricardo Luna, presidente fundador de la Sociedad Mexicana de Obesidad, destacó que el informe ofrece un enfoque innovador para diagnosticar la obesidad, superando las limitaciones del tradicional índice de masa corporal (IMC).
“El IMC no indica si un paciente tiene realmente exceso de grasa ni si sufre de enfermedades relacionadas, lo que lo convierte en una medida poco confiable a nivel individual”, señaló Luna.
La propuesta incluye dos nuevas categorías de obesidad:
- Obesidad clínica: Enfermedad crónica asociada con disfunción activa de órganos debido a la obesidad.
- Obesidad preclínica: Condición con riesgo variable de salud, pero sin enfermedades en curso.
En la obesidad preclínica, el tratamiento busca evitar el avance a la etapa clínica, mientras que en la obesidad clínica el objetivo principal es revertir el daño en órganos y sistemas, más allá de solo bajar de peso.
México enfrenta una crisis de salud pública, siendo el país con mayor prevalencia de obesidad infantil y el segundo en adultos. Además, la diabetes, enfermedad estrechamente vinculada con la obesidad, afecta a más de 13 millones de personas en el país.
“Redefinir la obesidad como una enfermedad permitirá mejorar la práctica clínica, implementar políticas de salud más efectivas y reducir el estigma social que enfrentan las personas que viven con esta condición”, enfatizó Luna.
El informe es resultado del trabajo de 56 expertos internacionales en áreas como endocrinología, medicina interna, cirugía, biología, nutrición y salud pública, quienes representaron a diversos países y sistemas de atención médica. Además, la Comisión integró las perspectivas de personas que viven con obesidad para garantizar que las nuevas definiciones consideren el impacto social y reduzcan el estigma asociado.
Este enfoque busca transformar la manera en que se comprende y aborda la obesidad, promoviendo una atención más integral y efectiva para quienes la padecen.