Ismael ‘El Mayo’ Zambada, cofundador del Cártel de Sinaloa, acusado de 17 cargos en un tribunal de Nueva York, ha decidido mantener como su abogado principal a Frank Pérez, pese al conflicto de intereses que supone su representación simultánea a Vicente Zambada Niebla, alias ‘Vicentillo’, hijo del capo y colaborador del gobierno estadounidense.
“Renuncio a mi derecho a tener un abogado diferente. Quiero que Frank Pérez me represente, aunque pueda tener un conflicto de interés representándome a mí y a mi hijo”, afirmó Zambada mediante la lectura de un comunicado en español durante una audiencia en una corte federal de Brooklyn.
Advertencias del juez
El juez Brian M. Cogan, quien anteriormente sentenció a cadena perpetua a Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán y a 38 años a Genaro García Luna, dedicó 20 minutos de la audiencia de este miércoles a explicar a Zambada los riesgos de continuar con Pérez como su defensor legal.
“La Constitución de Estados Unidos le garantiza el derecho a un abogado, pero sin conflicto de intereses”, explicó el magistrado. Añadió que Pérez no podría usar información obtenida de Vicente, quien ya testificó en contra de su padre, y que, en un hipotético juicio, no podría interrogarlo si fuese llamado a declarar.
A pesar de las advertencias, Zambada reiteró su decisión en un tono bajo, obligando al traductor a acercarse para interpretar sus palabras.
Próximos pasos y estado del caso
El juez fijó la próxima audiencia para el 22 de abril, dando un plazo de 90 días para continuar recopilando información. Calificó el caso como “complejo”, mientras que la defensa y la Fiscalía siguen negociando, aunque el abogado Pérez aclaró que no se trata formalmente de “negociaciones”.
Esta fue la tercera comparecencia de Zambada, quien, tras más de dos meses en un penal de alta seguridad, mostró un estado de salud similar al de audiencias previas. Se le vio caminar con menor cojera, luciendo un uniforme de prisionero y con su característico cabello canoso.
Menor atención mediática
La audiencia, de carácter procedimental, tuvo un seguimiento mediático reducido en comparación con otras ocasiones, y tampoco contó con manifestaciones de connacionales mexicanos en las afueras del tribunal.
Con una posible pena de muerte en caso de llegar a juicio, el caso de Zambada continúa siendo una pieza clave en el panorama judicial contra el narcotráfico internacional.
