Por Carlos Alberto Rosales
@Carlos85458323
Hay que generar en el país agrupaciones de ciudadanos con conciencia cívica para que los gobiernos sean controlados permanentemente. Está visto que los representantes del pueblo y demás autoridades sólo se enriquecen en detrimento de quienes los siguen votando en una espiral de corrupción y venalidad política que se profundiza cada día más.
Los gobiernos que han sido elegidos en los últimos tiempos no han tenido capacidad para mejorar la vida de la ciudadanía en ningún aspecto. Hoy vivimos a diario ante un escenario de inseguridad en aumento, precarios servicios de salud y educación con ausencia de trabajos dignos y bien remunerados en Quintana Roo.
La masiva demanda de ética a quienes gobiernan
Autoridades estatales, alcaldes y funcionarios carecen de la debida resiliencia para generar soluciones efectivas a las situaciones límitesque se están suscitando o, que ellos mismos están propiciando por falta de capacidad. No sólo están demostrando ineficiencia, sino también falta de condiciones políticas para superar las adversidades.
La poliquiterìa a la que hoy nos enfrentamos en Quintana Roo es incapaz de escuchar al otro y, de asumir acuerdos que por soberbia y falta de interés en la ciudadanía se esmeran en romper.
Carlos Joaquín, Mara Lezama y otros referentes del variopinto mundo de la “nueva política” local que actualmente detentan las principales posiciones de poder, demuestran la realidad de lo que hemos venido sosteniendo. Pero quizás, el problema no son ellos, sino que lo somos nosotros que creíamos que podíanser distintos.
El eximio escritor Carlos Fuentes, expresó con precisión:” Creemos que destruimos al otro en el momento en que dejamos de ser capaces de imaginarlo… El riesgo de quienes gobiernan es construir objetivos tan altos, que al final, les resulte difícil imaginar, para quienes trabajan o quienes lo eligieron y, para qué”.
Los políticos deben asumir su responsabilidad para imaginar quiénes reemplazarán a estasalianzas que han realizado para llegar al poder y con las que, no han sabido encauzar por error, omisión o, falta de liderazgo; la corrupción a la que prometieron erradicar en sus campañas.
Las próximas elecciones legislativas locales serán un parte aguas para los grupos de poder que nos gobiernan y, han echado por la bordael respeto a las ideologías creando dudosas alianzas de derecha e izquierda, en un reiterado juego de traiciones que con la o remanida promesa de algunos iluminados cacareando por la refundación del estado ha demostrado supina incapacidad en la selección de personas capacitadas para administrar los principales destinos turísticos del país
Es entendible que cuando se es gobierno resulta lógico levantar bardas para que no afecte tanto la confrontación y los reclamos permanentes de propios y ajenos. Entender al otro no es fácil y. el esfuerzo que conlleva intentarlo es agotador. Pero no hacerlo hablade nuestras incapacidades para liderar a los demás.
Estado de descomposición institucional
Tras el amague de huelga y agresión del jefe de la policía de Benito Juárez, Jesús Pérez Abarca, el secretario estatal de Seguridad Pública, Alberto Capella Ibarra, afirmó que la seguridad del municipio está garantizada con la entrada en funciones del Mando Único Policial. Enhorabuena, `pero, ¿Era necesario llegar a tal grado de peligro institucional para darse cuenta que algunos gobiernos municipales son inviables?
Una tras otra las crónicas policiales y la nota roja terminan por conformar un carruselinsoportable que reitera su foco en el complejo tema de la inseguridad en Quintana Roo.
La información es concluyente y, los ejemplos permanentes. A diario somos testigos de casosque salieron a la luz por cuestiones azarosas antes que por la comunicación oficial. Intentar encubrir lo que pasa diario en la zona Norte no surte efecto en las encuestas de humor social, en las que el reclamo por la inseguridad siempre está al tope.
¿Qué une el asesinato de un extranjero en una populosa colonia de Solidaridad con la detención de cinco presuntos sicarios en la ciudad de Cancún? ¿Cuál es la relación de estos episodios?
Si bien la reacción política ante estos casos por lo general se reduce a la incapacidad del gobierno de erradicar la mala policía con escasa formación y niveles compromiso ético. Y No sólo es gastar, cada vez más en armamento y en patrullas si el modelo de seguridad vigente no se cambia radicalmente. Pocas veces se observan investigaciones del Ministerio Público que esclarezca totalmente y que. ponga en jaque la matriz delictiva estructurada en Quintana Roo.
Lo que deben preguntarse las autoridades es por qué se mata a una persona a plena luz del día en una colonia populosa o cómo es posible que cuatro sospechosos transiten las calles de Cancún portando un poderoso arsenal de armas en la cajuela de su carro.
Enhorabuena que se saque de circulación a personas consideradas peligrosas, pero, esta acción puntual no ataca el problema de fondo, que es el mercado criminal.
Leía días pasados el fallo de un juez que condenaba a una banda narco criminal. En sus considerandos y fundamentos expresaba que en su modus operandi se “entrecruzan la marginalidad, la droga y la inseguridad…; quela mayor cantidad de los involucrados en estos delitos de narcomenudeo son personas vulnerables en lo que respecta a sus condiciones y sus limitaciones socioculturales-económicas. Pero lo concreto es que el narco…; es la antesala indefectible de otros delitos muy graves, con lamentables consecuencias de pérdidas de vidas humanas. Es innegable que el consumo de droga aumenta la delincuencia en contra de la sociedad en su conjunto, y consiguientemente potencia la inseguridad…”
El reconocido pedagogo italiano Francesco Tonucci, expresa que: “La escuela no puede perder alumnos, porque si los pierde, los regala a la criminalidad”. Todo tiene un antes y un después porque hablar de malos gobiernos, sin idoneidad para establecer políticas públicas de seguridad, educación, salud son propensos .para que la inseguridad se profundice, porque nadie se anima a cortar: lazos profundos que involucran necesariamente la complicidad de estos por su incapacidad o complicidad ante la falta de compromiso en la elaboración de políticas públicas para frenar la inequidad y corrupción que de arriba hacia abajo cruza a la sociedad.