Por Carlos Alberto Rosales
@Carlos85458323
Con 11 meses de gestión y, mientras los estrategas de la nueva administración siguen polemizando sobre el origen de la panspermia o, de la búsqueda infructuosa de la quinta pata al gato; el gobierno de Donald Trump tomó la medida que pontificamos por meses desde esta columna: obsequió el temido warning por el que se pone en riesgo potencial la única fuente de ingresos con la que cuenta Quintana Roo: el turismo.
Los del llano, los que padecen día tras día la inoperancia estatal contra la inseguridad serán los que más sufran por esta medida que tal “espada de Damocles” penderá desde ahora en más, sobre sus cabezas y trabajos. Más allá de algunos progresos que debemos reconocer en pro de la transparencia y lucha contra la corrupción, Quintana Roo está atravesando uno de los momentos más difíciles de su historia. Después de Gilberto, de Wilma todo se puede reconstruir, las pérdidas materiales se recuperan pero de un estado tomado por el crimen organizado y la inseguridad es muy difícil recuperarse en el corto plazo.
Es cierto que hubo un cambio, en las prácticas políticas pero sólo con ese cambio no alcanza.
Los quintanarroenses entendemos que el desarrollo sostenible y al crecimiento a largo plazo hay que construirlo en el marco de la transparencia y la legalidad, tanto de arriba como de abajo, pero también sabemos que se debe realizar desde una sociedad unida y consolidada donde se garantice los derechos elementales entre los que sobresale la seguridad ciudadana.
El voto electoral a Carlos Joaquín fue para la construcción de un estado mejor, sabiendo que no debíamos sentarnos a esperar que todo viniera en bandeja de plata. El cambio real lleva tiempo, es cierto, requiere trabajo y, esa labor debe ser tanto de la sociedad organizada como del propio gobierno. Pero los hechos violentos acaecidos desde enero pasado que ya cobraron poco más de un centenar de víctimas en Cancún y alrededor de 20 en Playa del Carmen, iconos del turismo mundial por donde ingresa el 50 por ciento de las divisas turísticas del país es ya, de una gravedad inexplicable.
Estos mismos hechos no fueron tomados con la celeridad e importancia que requerían de parte de las autoridades gubernamentales y, estamos en la actualidad condicionados por el warning, tan temido.
No todo está bien EN Quintana Roo, pese a la muy buena temporada estival que estamos concluyendo. Los políticos locales no entienden y juegan sus propios proyectos personales en el entorno de un gobernador, al que no prestan toda la ayuda y colaboración necesaria ante problemáticas inusuales como las que estamos viviendo.
Los quintanarroenses que acompañan la gestión del mandatario estatal lo hacen aún con una esperanza de cambio, y porque todavía ven y perciben el esfuerzo y la sinceridad de Carlos Joaquín en la construcción de un cambio sustantivo en la manera de hacer las cosas.
Entendemos que cualquier cambio requiere de una labor a corto, mediano y largo plazo. La confianza es un aspecto fundamental en ese sentido para la consolidación de la gestión del gobernador que recién inicia.
La renovación de la alerta de viaje emitida el pasado 8 de diciembre, por elDepartamento de Estado de Estados Unidos y que, ampliara el pasado martes 22 de agosto, donde incluyó nuestros destinos de playa principales por el aumento de crímenes y homicidios violentos registrados, es la conclusión de una crónica largamente anunciada.
El warning deja establecido a viajeros y personal norteamericano radicado en México sobre la inseguridad de que podrían ser víctimas de crímenes violentos como homicidios, secuestros, robo de carros y robos. Señala
de manera especial Y, específica los centros turísticos de Cancún, Cozumel, Playa del Carmen, Riviera Maya y Tulum.
El warning deja establecido a viajeros y personal norteamericano radicado en México sobre la inseguridad de que podrían ser víctimas de crímenes violentos como homicidios, secuestros, robo de carros y robos. Señala
de manera especial Y, específica los centros turísticos de Cancún, Cozumel, Playa del Carmen, Riviera Maya y Tulum.
Enrique de la Madrid, secretario de Turismo expresó que la alerta de EU “Es un acicate para el turismo. Nos ocupa y nos preocupa, esto también lo tenemos que ver como una llamada de atención, una alerta para que nosotros también de este lado, aceleremos más nuestros trabajos de coordinación, de fortalecimiento institucional, de incorporar cada vez más a la sociedad en los temas de seguridad”, señaló en las últimas horas ,Enrique de la Madrid, secretario de Turismo.
Por su parte, Carlos Joaquín, gobernador de la entidad fijó postura mediante un comunicado en el que expresa que “En Quintana Roo, el Gobierno del Estado trabaja para proteger y dar seguridad a todos los quintanarroenses y los más de 16 millones de turistas, de los cuales el 67.14 por ciento son extranjeros…” y, hace responsable de la gran inseguridad que se está viviendo en la zona Norte a la responsabilidad de administraciones anteriores
Dos conclusiones importantes de esta mención. La primera es que tanto autoridades estatales y municipales pongan mayor énfasis en la lucha contra la inseguridad para no poner en riesgo las fuentes de trabajo de miles de quintanarroenses.
La segunda es, que el warning del Departamento de Estado de los Estados Unidos, no emite ninguna restricción sino que se limita a advertir el riesgo debido al incremento en la tasa de homicidios y a los enfrentamientos entre grupos criminales que podrían involucrar a gente inocente o ciudadanos norteamericanos.
Sin cortapisa
“Voy por la gubernatura de Quintana Roo”, así sin pelos en la lengua se expresó esta semana en una entrevista radiofónica el presidente del Partido Encuentro Social (PES), Gregorio Sánchez Martínez. Quien no oculta sus deseos para retomar su proyecto político inconcluso en 2010.
Es que en esa año, más precisamente el 25 de mayo sufrió una detención sospechosa, arbitraria siendo presidente municipal de Benito Juárez, Se lo envió a una cárcel de alta seguridad en Nayarit y, Luego de más de 16 meses de detención, al no comprobarse las denuncias por lo que fuera arrestado, lo excarcelaron y, se fue a vivir fuera del país por varios años. En un libro de próxima aparición, Gregorio Sánchez narra la dura experiencia que le tocara vivir al enfrentarse al poder de turno por querer ser candidato a gobernador. De su detención explica en el libro tuvieron participación, el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, el ex gobernador Félix González Canto y, la familia Ricalde Magaña.
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**Director Nacional Programa Nacional de Asistencia Técnica para la Administración de los Servicios Sociales/
Experto de Relaciones Multi y Bilaterales de FAIS – Fondo Argentino de Inversión Social / Coordinador Regional Fondo inversión Social -FIS entre Argentina / Colombia /México y Costa Rica / Representante Argentina ante PNUFID – Programa de las Naciones sumidas para la Fiscalización Internacional de Drogas / Experto en Medios e Imagen.
