El director general de la Asociación Nacional de Entidades de Agua y Saneamiento de México A.C (ANEAS), Arturo Jesús Palma Carro, aseguró que la planta de Aguakan en Benito Juárez cumple con la NOM-001-SEMARNAT-2021 que exige el más alto grado de saneamiento que debe tener el agua
Cancún.- La planta de saneamiento de aguas residuales de Cancún, propiedad de Aguakan, es la primera que cumple con la Norma Oficial Mexicana NOM-001-SEMARNAT-2021 que exige el más alto grado de excelencia que debe tener el agua, aseguró el director general de la Asociación Nacional de Entidades de Agua y Saneamiento de México A.C (ANEAS), Arturo Jesús Palma Carro.
Durante su partición el Segundo Foro del Agua y Medio Ambiente #UnaSolaTierra, el experto explicó que dicha norma es muy drástica y exige que las aguas saneadas y que son devueltas al subsuelo solo permite que contengan pequeñas cantidades de arsénico y otros contaminantes como metales, huevos del helminto, infecciosos, etcétera, lo que resulta muy difícil de lograr por los más de 500 organismos que integran la ANEAS.
Al reconocer que para alcanzar los estándares de la planta de Aguakan en Cancún, se requiere de fuertes inversiones en infraestructura y tecnología, que no está alcance de los organismos públicos en algunos privados.
“Estamos muy contentos que la Secretaría de Recursos Naturales (Semarnat) haya endurecido la norma, pues pretende garantizar que nuestros hijos tengan una mejor calidad del agua”, pero la imposición no incluye un presupuesto adicional para que todos los estados y todos los municipios puedan hacer que los organismos encargados del saneamiento del agua puedan lograr altos estándares de calidad, dijo
El entrevistado habló sobre los rezagos que se tienen en materia de saneamiento de aguas residuales a nivel nacional. “Solo el 40 por ciento de las aguas residuales domésticas son tratadas debidamente en todo el país, y el restante 60 por ciento van a parar al mar, a los ríos a los lagos, a los mantos acuíferos que es de donde estamos tomando el agua”.
Al un recurso renovable el agua, el vital líquido que es utilizado en los hogares vuelve a las plantas de saneamiento que se encargan de sacar todos los residuos dañinos y ajenos para los seres humanos, hasta alcanzar que un nivel de salud e higiene para ser devuelto a las casas de las y los mexicanos.
Sin embargo, no todos los hogares están conectados a la red de drenaje. Según la Comisión Nacional del Agua (Conagua) el 95 por ciento de las zonas habitacionales cuentan con red drenaje y alcantarillado.
Además, existen en todo el país mil 600 plantas de tratamiento de aguas residuales, pero solo está funcionando el 66 por ciento, es decir que 33 por ciento restante no funcionan. “Si se suman los lugares a donde no llega el drenaje más las plantas que no funcionan, en realidad solo se están saneando 40 por ciento de las aguas domesticas a nivel nacional”, dijo Palma Carro.
Agregó que el principal problema es que las aguas residuales que no se pueden tratar van a parar a los dos grandes recolectores (federales y municipales), pero al final todo va a parar al mar, a los ríos a los lagos, a los mantos acuíferos, que es de donde estamos tomando el agua y está contaminada.
Reconoció que México está dentro de los mejores países de América Latina en lo referente a la estadística de saneamiento del agua, pero habría que ver en realidad.
“Por ejemplo, en México tenemos una cobertura del 98 por distribución de agua y 96 en drenaje, pero hay 40 millones de mexicanos que no reciben agua potable en su casa. Esto significa que el agua potable no les llega, aunque haya infraestructura”, detalló.
En los últimos diez años en el Caribe Mexicano han tenido un retroceso de que han dejado caer la infraestructura y mantenimiento y en lugar de avanzar en cobertura ya es oficial que vienen en un franco retroceso.
Por otro lado, Chile es un país exitoso en la materia y ello se debe a que han descentralizado los servicios de distribución y saneamiento del agua, es decir que lo han privatizado.
El experto explicó que buena parte del retraso en infraestructura y calidad del servicio de distribución y saneamiento del agua se debe a la falta de recursos. Y la principal razón por la que no se invierte es porque el sistema de agua potable en el país está politizado.
El artículo 115 Constitucional dice que es una obligación y un derecho el cobro del agua potable y saneamiento, y que son los municipios los que se encargan de cobrar. “Sin embargo, lo más lamentable es que es el eslabón más débil porque es el que menos recursos financieros tiene para invertir en infraestructura. Al manejar el cobro el ayuntamiento se pierde la inversión.
Además, los Congresos locales son los encargados de estipular las cuotas. “A nosotros nos cuesta 20 pesos traer el agua potabilizarla, repartirla en las casas y entregarla, para después voverla a recolectarla, sanearla y regresarla a las fuentes subterráneas o superficiales.
“Pero son los diputados locales los que ponen las tarifas, y ellos solo autorizan cobrar 14 pesos en promedio a nivel nacional, es decir, que hay un déficit de 6 pesos. Y la cobranza y operación recae en manos de los alcaldes, y en muchos lugares los alcaldes condonan las deudas domiciliarias y caen el populismo a cambio de votos, además de que no puede subir la tarifas si van pedir votos.
Solo cobramos 6 pesos de los 14 que tenemos derecho a cobrar, y no se permite cortar el 100 por ciento el suministro, por lo que los sistemas gubernamentales no están funcionando a favor de un buen saneamiento del agua.
