**En Quintana Roo dejó raíces dolorosas para muchos; especialmente lo recordarán en la colonia Colosio de Playa del Carmen
Por Alejandro Vargas González
A los 90 años de edad murió el millonario terrateniente Francisco Rangel Castelazo, artífice central del despojo de tierras en Quintana Roo, principalmente en Playa del Carmen.
Y si bien el deceso se registró el pasado 4 de septiembre en su domicilio de la Ciudad de México luego de haber cumplido 90 años de edad, en Quintana Roo se le recuerda de distintas maneras.
Le sobreviven su hija Rebeca, en apariencia su esposa Ofelia González Whitt, y sin duda sus nietos, los hijos de su vastago Francisco Javier a quienes desheredó por rencillas con su nuera.
Las exequias que se realizaron en la agencia funeraria Gayoso sucursal Félix Cuevas fueron discretas al igual que la noticia de su fallecimiento. Durante el sepelio, fue notoria la presencia de la familia y unos cuantos amigos.
Lo notorio fue la asusencia de personajes poderosos con los que se codeó en vida el otrora hombre fuerte en el tráfico ilegal de tierras, pues muchos de ellos se asociaban con él para cuajar sus negocios basados en la invasión y despojo de grandes extensiones de suelo en prácticamente todo el país.
En Quintana Roo, especialmente en Playa del Carmen, los despojados le recuerdan con rencor, y los vivales del poder con gratitud porque les permitió amasar grandes cantidades de dinero y apropiarse de amplias y variadas extensiones de tierra a precio de garbanzo.
Egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) como ingeniero civil y dueño de la empresa SilverLine dedicada a la fabricación de refacciones automotrices ubicada en la delegación Iztapalapa de la Ciudad de México, Francisco Rangel Castelazo extendió su poderío hasta las costas de Quintana Roo bajo la venia del ex presidente Luis Echeverría Álvarez.
Sin embargo, su riqueza no la logró con su empresa de cojinetes y balatas. Rangel Castelazo amazó una millonaria fortuna a base de despojos, transas y manipulación de las leyes bajo el amparo de gobernantes, funcionarios de alto nivel y notarios corruptos a quiénes manipuló con el poder del dinero.
La experiencia en el despojo de tierra la adquirió en la Ciudad de México en donde se adueñó a la mala de vastas extensiones de tierra al oriente de la delegación Iztapalapa.
Incluso, el lugar en donde instaló su planta industrial de balatas y cojinetes SilverLine, dirigida por sus hijos Rebeca y Francisco Javier (qepd), es producto de una invasión ejecutada a finales de los años 70.
La zona que se adjudicó el hoy difunto es considerada de alta plusvalía pues allí arrenda grandes predios con amplios estacionamientos a las tiendas departamentales Bodega Aurrerá y Suburbia.
Sin duda era poseedor de una codicia difícil de saciar, el ingeniero junto con su familia crearon su imperio en poder y riqueza en Quintana Roo, principalmente en Playa del Carmen.
Francisco Rangel Castelazo es uno de los principales artífices del gran fraude en la colonia Colosio en Playa del Carmen. De hecho, él fue el parapeto de la mafia en el poder que se apropió de manera ilegal de cientos de hectáreas conformadas por cinco mil lotes para casa habitación en la cabecera municipal de Solidaridad, y que encabezó el ex gobernador Joaquín Ernesto Hendricks Díaz.
En esa complicidad del despojo a Quintana Roo realizada entre Rangel Castelazo y el ex gobernador Hendrick Díaz, acordaron crear la Desarrolladora de la Riviera Maya (Derimaya) para administrar las tierras que en su momento fueron parte del patrimonio estatal e invadidas por personas provientes de todas partes del país y de diferentes estratos socioeconómicos.
En aquellos días Hendricks Díaz también entregó ilegalmente 52.5 hectáreas de franja costera al matrimonio Rangel Castelazo-González Witt.
Aquí el pleito empezó desde antes ya que el 19 de marzo de 1973 el Gobierno Federal otorgó a título gratuito los terrenos que hoy ocupa la colonia Colosio al entonces territorio de Quintana Roo la tenencia de un terreno Nacional de 1,200 hectáreas de las que el gobierno Estatal dotó al instituto de la vivienda con 575 hectáreas conforme al acuerdo administrativo del 3 de diciembre de 1984.
Sin embargo una medida cautelar dictada en junio de 1989 por el juzgado primero de distrito obligó a que el caso se mantuviese en el orden que guardaba y el Inviqroo no pudo lotificar terrenos.
Esta circunstancia fue utilizada por la norteamericana Ofelia Gonzalez Witt quien mediante una transacción simulada en la que compra el predio a su esposo Francisco Javier Rangel Castelazo pero ella sin poseer título de propiedad alguno se defiende posteriormente ante las autoridades con un orden de amparo.
De los mañosos enjuagues entre el difunto terrateniente y Hendricks Díaz, surgió la Derimaya, una empresa mixta en la que el gobierno es dueño del 51 por ciento y el restante 49 por ciento era de la familia Rangel Castelazo-González Whitt.
Lo cierto que tras esa operación hoy mantienen en la incertidumbre patrimonial a miles de habitantes de la populosa colonia Luis Donaldo Colosio.
Y si bien el caso de la Colonia Colosio pareciera encontrarse en un nudo dificil de desatar, el deceso de Francisco Rangel Castelazo podría utilizarse para que el gobierno del Estado de Quintana Roo le arrebate al exgobernador Joaquín Hendricks Díaz la parte de tierra que es propiedad del estado.
Por cierto, trascendió que Joaquín Hendricks Díaz no asistió a darle el último adiós a su maestro, socio y cómplice de los despojos, Francisco Rangel Castelazo. Que en paz descanse.