Barcelona, 18 de agosto de 2017.- Al final de un minuto de silencio, los gritos de “No tinc por!” (¡No tengo miedo!) resonaron en la Plaça de Catalunya de Barcelona, repetida rítmicamente por los miles de personas que se habían reunido al mediodía bajo el calor del sol para celebrar una vigilia en memoria de los muertos y tras el ataque terrorista del jueves.
La multitud descendió por Las Ramblas, el amplio bulevar que discurre hacia el sur desde la Plaça de Catalunya, en un acto de recuperación. El día anterior, 13 personas habían muerto cuando un terrorista arrolló una furgoneta en peatones en el bullicioso punto turístico.
Pasaron un santuario improvisado a los muertos y heridos en la fuente de Canaletes cerca del extremo norte de Las Ramblas, donde los aficionados al fútbol de Barcelona tradicionalmente se reúnen para celebrar las victorias.
Más adelante, en un segundo monumento sobre el mosaico Joan Miró incrustado en el pavimento donde la furgoneta se detuvo, los espectadores sostenían carteles que decían no tener miedo. Un guitarrista rasgueó Imagine de John Lennon mientras varias personas cantaban.
Dirigiéndose a la vigilia, el primer ministro Mariano Rajoy había hablado de “el absurdo e irracional dolor que causa el terrorismo”.
“Hemos recibido golpes como este en los últimos años, pero también sabemos que los terroristas pueden ser golpeados”, dijo Rajoy, declarando tres días de duelo.
El estado de ánimo a través de la vigilia fue uno de shock, ira y de desafío. En público y en privado, la gente insistió en que la vida debe continuar como de costumbre.
“Cataluña ha sido y es un lugar de paz y bienvenida”, dijo el presidente catalán Carles Puigdemont en un comunicado. Puigdemont también había asistido a la vigilia, junto con el rey Felipe VI, el alcalde de Barcelona, Ada Colau, y otras figuras políticas destacadas.
Colau twitteó: “El terrorismo no nos impedirá ser quienes somos, una ciudad abierta al mundo”.