El presidente Enrique Peña Nieto no intervino para frenar la corrupción de Roberto Borge Ángulo en Quintana Roo y de Javier Duarte en Veracruz, aunque pudo haberlo hecho, porque él era uno de los principales beneficiarios de esa situación, dice el periodista Ricardo Ravelo, que acaba de publicar un libro sobre el tema.
Pudo haber intervenido, porque antes de que terminaran esos dos exgobernadores era un secreto a voces, un escándalo, la información de cómo crecía la corrupción en sus estados, dice, y Peña Nieto decidió no actuar porque “él era uno de los principales beneficiados del saqueo, que además contó con su complicidad, no me cabe duda”. “Hay evidencias”, añade, “de que Borge desvió recursos públicos a las campañas y aparentemente también financió la campaña de Peña Nieto en 2012″.
Esto explica porque Borge Ángulo se comportaba con mucha seguridad: estaba seguro que no sería enjuiciado, ni tocado al término de su administración. El autor dice que varios de los excolaboradores de Borge Angulo están refugiados en Mérida. La entrevista completa, la podrá leer mañana en la edición impresa de Diario de Yucatán. (Cortesía Diario de Yucatán)
Portada del libro: “Los Incómodos”, de Ricardo Ravelo