El gobierno de México ha detectado una nueva estrategia utilizada por los cárteles para reclutar a jóvenes en sus filas: el uso de teléfonos celulares, además de las consolas de videojuegos tradicionales como Xbox y PlayStation. Esta práctica preocupa a las autoridades, ya que los smartphones se han convertido en herramientas más versátiles y populares entre los menores, facilitando su captación.
La alarma se encendió en 2021 cuando se descubrió que tres menores de entre 11 y 14 años en Oaxaca habían sido reclutados a través del videojuego “Free Fire”. Los delincuentes ofrecieron a los niños 200 dólares semanales a cambio de vigilar frecuencias de radio en un punto del norte del país y alertar sobre la presencia de fuerzas de seguridad.
Esta semana, la Secretaría de Seguridad mexicana confirmó que los grupos delictivos ahora contactan a los menores principalmente a través de celulares, aprovechando que estos dispositivos también se utilizan para jugar en línea. Esto ha incrementado el riesgo de que los jóvenes sean captados, ya que los videojuegos son un medio cotidiano para ellos.
México es el segundo país más importante en el mercado de los videojuegos en América Latina, lo que amplía el alcance de esta problemática. Según las autoridades, los delincuentes se valen de las largas horas que los menores dedican a jugar para ganarse su confianza. Posteriormente, los invitan a participar en actividades delictivas con promesas de altos ingresos o mediante amenazas.
Los videojuegos que suelen ser utilizados por los criminales son aquellos con alto contenido de violencia gráfica, que representan situaciones de guerra o combates con armas. En ellos, los jugadores deben eliminar a otros personajes, lo que normaliza la violencia y sirve como un primer paso hacia el reclutamiento.
Las autoridades hacen un llamado a los padres y tutores para que estén atentos al uso que los menores hacen de sus dispositivos y videojuegos, y refuercen la comunicación para prevenir que sean víctimas de estas redes delictivas.