Expide el INAH un acuerdo para declarar a Tihosuco como monumento histórico

Chetumal, Q. Roo, 18 de septiembre 2018.-Con el respaldo del Instituto de la Cultura y las Artes de Quintana Roo, que dirige Jacqueline Estrada Peña, el director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia Diego Prieto Hernández expidió un acuerdo para declarar al pueblo de Tihosuco, municipio de Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo, como monumento histórico.

Previamente, el Instituto Nacional de Antropología e Historia integró un expediente que contiene antecedentes documentales que sirven para justificar el valor histórico, la información técnica de los bienes que conformen la zona de monumentos históricos a declarar, y un plano que contiene la poligonal de la zona de Tihosuco a declarar.

En esta iniciativa participan también el Honorable Congreso del Estado de Quintana Roo – hay que recordar que tanto la maya pax (música y danza mayas) como la comunidad de Tihosuco) fueron declarados patrimonio cultural de Quintana Roo–, la Secretaría de Infraestructura y Transporte, y la Secretaría de Turismo de Quintana Roo.

Este perímetro abarca 331 kilómetros cuadrados y en él se incluyen el Museo de la Guerra de Castas, la Plaza Principal, el Templo y la Iglesia del Santo Niño de Jesús, el antiguo panteón, la Parroquia del Niño de Jesús, la biblioteca pública, la Casa Cural, e inmuebles situados en diferentes calles y avenidas históricas del pueblo maya de Tihosuco.

Tihosuco (en lengua maya Jo’otsuuk, jo’o, “Cinco”) es un pueblo del estado mexicano de Quintana Roo, localizada en el noroeste del territorio estatal en el municipio de Felipe Carrillo Puerto, y una de las poblaciones más antiguas de Quintana Roo, famosa por sus construcciones coloniales y porque fue uno de los lugares de inicio de la Guerra de Castas.

Tihosuco, con anterioridad a la llegada de los españoles, fue la capital del cacicazgo de Cochuah, uno de los que formaban parte de las tierras dominadas por los mayas. Fue conquistada en el año de 1544 por Francisco de Montejo y fue una de las poblaciones que mayor dificultad ofreció para su sometimiento, primero militar y luego duramente religioso.