Si el consumo se dio dentro del plantel, también hubo una omisión grave de parte de las autoridades educativas
Cancún, Q. Roo, 22 de noviembre 2018.– Luego de que dos estudiantes del Colegio de Bachilleres de Chetumal fueran reportados graves debido a una sobredosis por el consumo de drogas dentro del plantel, Leslie Hendricks Díaz, diputada y presidenta del Centro de Integración Juvenil, dijo que es una situación que enciende alarmas en las instituciones educativas y de salud, en las familias y entre padres de familia.
Esto es reflejo de lo que estamos viviendo y a lo que estamos expuestos por no atender adecuadamente aspectos como el acceso a las drogas. Según el comunicado del plantel, uno de los jóvenes ingirió antidepresivos. Si es así, ¿por qué se les facilita el acceso a esos productos en casa y por qué en el plantel no se dan cuenta de que los jóvenes llegaron en estado inconveniente?, preguntó.
Si el consumo se dio dentro del plantel, también hubo una omisión grave de parte de las autoridades educativas, pero eso es reflejo de la problemática que estamos viviendo en Quintana Roo, que sigue siendo uno de los estados con mayor consumo de drogas, tanto lícitas como ilícitas, explicó.
Entrevistada para el noticiero Pulso AM, hizo un llamado a trabajar para generar mejores políticas públicas que ayuden a proteger a los jóvenes para que no se den ese tipo de situaciones, mucho menos en las instituciones educativas.
En cuanto a los operativos de revisión de mochilas, indicó que las autoridades del sector educativo y Derechos Humanos siguen enfrascados en una discusión sobre el tema, pero lo ocurrido demuestra la importancia de encontrar la manera de que al menos dentro de las instituciones educativas se pueda tener seguridad de que no hay sustancias tóxicas.
Es importante que todo sea dentro del marco del respeto a la libre determinación de las personas, pero también, tratándose de menores de edad, se requiere una participación más responsable de los padres de familia y las instituciones educativas, aseveró.
Dentro y fuera de los planteles hay puntos de venta y están identificadas las personas que distribuyen drogas. Si los alumnos lo saben, los maestros deben saberlo también, de modo que es importante la coordinación de las autoridades de los planteles con las municipales y estatales para actuar en esos casos, manifestó.
Si se va a autorizar el uso lúdico de drogas, es recomendable diseñar mecanismos que permitan hacer el equilibrio y trabajar más en la prevención. Hablamos del derecho a la autodeterminación de las personas en cuanto a lo que consumen, pero que sus decisiones sean lo más informadas posible, que la gente conozca los efectos y daños que puede causar cualquier droga, continuó.
A manera de ejemplo, mencionó lo que ocurre con el alcohol y el tabaco, que han generado problemas de salud pública y de conducta social entre los jóvenes.
“Si seguimos abriendo puertas a otro tipo de drogas, debemos generar mecanismos de prevención y la contención, crear figuras como el alcoholímetro para contener el abuso de esas sustancias”, subrayó.