¿Sabías que la radiación diaria para un astronauta en la Luna puede ser hasta 1, 000 veces superior a la de la Tierra? Así lo han revelado revistas como Science Advances demostrando que esta situación es uno de los principales problemas para realizar misiones lunares de largo aliento. Sin embargo, una joven mexicana podría revolucionarlo todo.
Victoria de León, una estudiante de Ingeniería en Robótica y Sistemas Digitales en el Tecnológico de Monterrey, se ha convertido en la primera mexicana en ser reconocida en el Congreso Internacional de Astronáutica que este año se realizó en Milán, Italia. ¿La razón?
A sus 21 años de edad, Victoria realizó un proyecto que sirve para detectar la radicación en hábitats lunares y así cuidar la salud de las y los astronautas al mismo tiempo de colaborar para que se realicen expediciones más largas. No obstante, además del avance que su invento representa, la estudiante está abriendo camino a más niñas y mujeres en el mundo de la Ciencia.
“Las mujeres tenemos un gran potencial en estas áreas, yo lo he visto. Necesitamos más diversidad, más perspectiva. Yo creo que eso es lo que enriquece mucho un proyecto, el que diferentes personas con diferentes perfiles y contextos puedan hacer una aportación”, aseguró Victoria en entrevista para El Heraldo de México.
¿Quién es Victoria de León, la mexicana que pone en alto a México?
Victoria de León es una joven de 21 años de edad que está haciendo historia en México. Estudia Ingeniería en Robótica y Sistemas Digitales en el Tecnológico de Monterrey campus Ciudad de México además de trabajar en dispositivos para ayudar a personas con eccema (afecciones en la piel) y colaborar en temas de diseño electrónico.
De la mano de su compañero Miguel Ángel Ogando y con un proyecto en el que se mezcló la robótica con la sociedad, obtuvo el oro en el concurso Future Designer International Innovation Design Awards (IIIDA) de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Recientemente, Victoria se convirtió en la primera mujer mexicana en ser reconocida en el Congreso Internacional de Astronáutica, un espacio en el que puso a México en alto frente a organismos internacionales como la National Aeronautics and Space Administration (NASA) y ganó en la categoría de “Space and Society” sobre estudiantes de universidades como Harvard.