Por Carlos Alberto Rosales**
@Carlos85458323
México y gran parte del mundo siguieron con atención el rescate de una niña que jamás existió, durante poco más de 48 horas. Algo similar había ocurrido en el gran sismo de hace 32 años, ¿Casualidad o toda una treta para disimular fallas oficiales?
En septiembre 19 de 1985 fue “Monchito”. Hoy, es “Frida Sofía”. Treinta y dos años pasaron y, dos tragedias naturales que enlutan a México quedaron asociadas por historias similares que, de tan reales terminaron por ser inventadas. Dos niños que ayer y hoy, nos unieron en la esperanza y que no pasó de una falsa ilusión en medio de la devastación dejada por un terremoto brutal.
Historias paralelas donde la liviandad de las noticias generadas mediante rumores en las redes sociales se replicaron a millones de internautas para: ¿Desviar la atención? ¿Provocar un sentimiento colectivo para intentar apaciguar tanta incertidumbre? Respuestas que no se dieron hace 32 años en el caso de Monchito y que, quizás no se den en el caso de Frida Sofía.
Después de casi 48 horas de una búsqueda frenética entre los escombros de la escuela Enrique Rébsamen, de la Ciudad de México, uno de los mayores símbolos que dejó la catástrofe provocada por el terremoto de 7,1 grados que afectó el martes 19 de setiembre a la parte central del país, conocimos que en el colegio no estaba atrapada ninguna niña “Frida Sofía”, que ni siquiera existía.
El subsecretario de Marina, almirante Ángel Enrique Sarmiento informó que: “Hemos hecho un conteo con la dirección de la escuela y tenemos la seguridad de que todos los niños o desgraciadamente fallecieron, o están en los hospitales, o están a salvo en sus casas”, Existen, no obstante No obstante, indicios de que sí hay una persona viva debajo de las toneladas de cemento, pero se trataría de un adulto.
La televisión transmitió durante más de un día y medio el minuto a minuto de la búsqueda de la supuesta niña y entrevistó a brigadistas y a mandos de la Marina que hablaron de ella. Televisa, que fue la que hizo el mayor seguimiento del caso, se declaró sorprendida y exigió explicaciones.
Durante horas se mencionaba que la niña tenía unos 12 años, que estaba debajo de una mesa de granito, que había movido una mano, que se había comunicado con una maestra, que se llamaba Frida Sofía, que había dicho que cerca de ella había otros cinco niños.
En definitiva, fueron 19 niños y seis adultos los que encontraron la muerte tras derrumbarse la escuela Enrique Rébsamen , mientras que otros 11 fueron rescatados con vida. Pero la historia de Frida Sofía se asocia por su parecido a la del “niño fantasma”, otra ilusión que dejó el terremoto que afectó a la ciudad de México en septiembre de 1985. En aquella oportunidad, “Monchito”, tal el nombre del niño, fue la excusa perfecta que se encontró para disimular todas las fallas de un rescate caótico.
Las referencias del siniestro hace 32 años, rescata de la crónica lo siguiente: El 2 de octubre, 13 días después del gran temblor, un hombre llamado Mauricio irrumpió a los gritos y se ganó la atención de todo un país quebrado de dolor. “¡Mi hijo, Luis Ramón Nafarrete Maldonado, vive! ¡Es un milagro de Dios!”, dijo y aseguró que los rescatistas habían escuchado dos golpes que venían desde los escombros.
Durante largos días, todos se concentraron en los restos de la casa de calle Venustiano Carranza 148. De Luis Ramón “Monchito”, de 9 años, hasta la actualidad sólo existen conjeturas: si fue producto de una gran invención o si el niño, efectivamente, murió en el terremoto, pero se fraguó toda una historia de rescate con otros fines más oscuros. Lo concreto es que aquellos escombros se convirtieron en un peregrinar. Hasta grandes personalidades ajenas a los rescatistas aparecían por allí para remover algún pedazo de concreto y ganarse una foto.
La búsqueda cesó el 11 de octubre y con ella se difuminaron las esperanzas. Sólo se encontró un cadáver, el del abuelo del niño que nunca había existido. Aparentemente, el supuesto padre lo único que deseaba era rescatar una caja fuerte que había dejado olvidada. El tal “Monchito” nunca existió” pero la caja, si se encontró sepultada, tenía 12 millones de pesos mejicanos. Pero en realidad pertenecía a un vecino de la familia del “Monchito” imaginario.
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**Director Nacional Programa Nacional de Asistencia Técnica para la Administración de los Servicios Sociales/ Experto de Relaciones Multi y Bilaterales de FAIS – Fondo Argentino de Inversión Social / Coordinador Regional Fondo inversión Social -FIS entre Argentina / Colombia /México y Costa Rica / Representante Argentina ante PNUFID – Programa de las Naciones sumidas para la Fiscalización Internacional de Drogas / Experto en Medios e Imagen. / Carlos Rosales @Carlos85458323