Por Carlos Alberto Rosales
@Carlos85458323
La elección para diputados locales del próximo 2 de junio será trascendental para Quintana Roo en un tiempo en que el modelo exitoso de los últimos lustros tiende a fenecer.
El electorado responsable deberá reflexionar sobre los pro y contras de los casi tres años de gestión del sexenio de Carlos Joaquín. Lo que, se debe tener presente es el grado de cumplimiento de las promesas electorales realizadas en 2016 por el entonces candidato y, el cumplimiento que como gobernador: ha logrado y, sus pendientes en materia de gestión.
Entre los primeros podemos rescatar sin dudas, el tratar de dar una mayor transparencia a la administración pública, lo que logró a medias. Pero lo que los quintanarroenses sí recordaremos es el gradual deterioro de las condiciones de la seguridad pública que nos ha llevado a tener como una rutina habitual, sorprendernos el día que en las redes sociales o los medios de comunicación no encontremos la cuota diaria de muertes violentas o, crímenes impactantes.
Pero, también hay otras informaciones que nos inquietan como ciudadanos y que no debemos olvidar a la hora de elegir a nuestros representantes políticos.
Personalmente, me inquieta y conmueve el crecimiento de la desnutrición en la mitad de los municipios del Estado; las precarias condiciones de los planteles educativos a la hora de buscar inscribir a los niños y jóvenes en las escuelas.
Más allá de las “fake news” y de las alineaciones de algunos medios a mostrar que “todo está bien” en la actual administración, debemos mostrar objetividad y la mirada crítica en la gestión de quienes nos gobiernan y, remarcar los focos “rojos” de lo que se hace mal o en lo que existen serios déficits que perjudican a la sociedad civil.
Volviendo por enésima vez al tema que nos preocupa: la inseguridad, debemos reiterar el reciente Informe de Semáforo Delictivo del pasado diciembre en el que se remarca que Quintana Roo subió a nueve de once (SEMÀFOROS ROJOS), en situaciones que a diario se presentan en las calles de cualquier municipio del Estado.
Nos referimos a delitos que tienen que ver específicamente con: homicidio, secuestro, extorsión, narcomenudeo, robos de vehículos; a casa habitación y negocios, violencia intrafamiliar, feminicidios etc. A los números nos remitimos pues en el transcurso del último mes de 2018 se cometieron 75 homicidios, 3 secuestros, 9 extorsiones, 32 acciones de narcomenudeo, 256 robo a vehículos, 250 robo a casa, 678 robo a negocio, 13 violaciones, 353 violencia familiar y 3 feminicidios.
Otro de los índices que golpea la imagen de la gestión en Quintana Roo es la de los índices de pobreza en un estado donde el 28.8 % de la población está bajo el umbral de pobreza y, un 4.2 por ciento en situación de pobreza extrema. Estamos hablando de más de medio millón de hombres, mujeres y niños que se encuentran en un escenario de vulnerabilidad social sin posibilidades de revertir su situación en el mediano plazo.
El último Informe de Coneval, es lapidario y, un llamado de atención tanto para el gobierno estatal pero también municipales, como el de Benito Juárez donde poco más del 40 por ciento de la población en situación de pobreza radica en el municipio gobernado por Morena. Pero los mayores índices de población en situación de pobreza siguen radicando en la zona Maya y rurales, donde se dirigen los políticos para lograr el “botín de guerra” en períodos de campaña.
Si a esto agregamos el problema de la desnutrición que avanzó en municipios del Estado, entre ellos: Solidaridad, Cozumel, Tulum y Bacalar, de manera persistente, según datos emanados de la Secretaría Estatal de Salud, estamos ante problemáticas sociales que no han sido abordadas de manera preventiva e integral por los gobiernos locales.
En lo que se relaciona a la fuente principal de ingresos para un estado total dependiente del turismo debemos puntualizar que las noticias tampoco son positivas a partir del anuncio efectuado en diciembre último por el secretario de Turismo, Miguel Torruco, que confirmó la liquidación del Consejo de Promoción Turística de México (CPTM). Esto es grave para la economía e inversiones del Estado, ante la falta de capacidad del gobierno en la promoción de sus destinos turísticos. Incapacidad que ha tratado de revertir en la reciente edición de Fitur de enero pasado en Madrid, en un esfuerzo aislado que no alcanza a revertir el escenario que se presenta en el mercado turístico nacional.
Finalmente el arribo de sargazo a las costas del Caribe Mexicano por la falta de una política pública preventiva que lo morigere pone nuevamente en riesgo la próxima temporada de verano ante el pronóstico de investigadores que proyectan para la temporada 2019, nuevamente el arribo masivo de sargazo a las costas quintanarroenses en mayor proporción al 2018.
Todas estas precisiones nos pone ante la necesidad de meditar el voto para que en el próximo turno electoral se vote a conciencia y se logre que los mejores perfiles políticos sean los que lleguen a la próxima Legislatura para ayudar a mejorar la eficacia de las políticas y leyes que permitan al Ejecutivo transitar por el segundo tramo de sexenio con mayor tranquilidad.