El corazón envía señales al cerebro para fomentar el sueño y la recuperación tras un infarto

Un estudio reciente del Hospital Mount Sinai de Nueva York ha descubierto que, tras un infarto, el corazón envía señales al cerebro que generan un mayor deseo de dormir, acelerando así la recuperación. Según la investigación, publicada en la revista Nature, este mecanismo de descanso colabora en la reducción de la inflamación, lo que facilita la recuperación cardiovascular. Este hallazgo subraya la importancia del sueño como una estrategia de tratamiento post-infarto, sugiriendo que la mejora del sueño debería ser un aspecto central en el cuidado de estos pacientes, incluso en unidades de cuidados intensivos donde el descanso es frecuentemente interrumpido.

Los investigadores realizaron estudios con modelos de ratones, provocando infartos en algunos de ellos y usando electroencefalogramas para analizar su actividad cerebral. Observaron que los ratones con infarto triplicaron su tiempo de sueño profundo, lo que favoreció su recuperación. Descubrieron que células inmunitarias llamadas monocitos, que se desplazaban al cerebro tras el infarto, activaban ciertas neuronas del tálamo a través de una proteína denominada “factor de necrosis tumoral” (TNF). Al interrumpir el sueño en algunos ratones, detectaron que la recuperación era más lenta, con mayores niveles de inflamación y estrés cardíaco.

El equipo también replicó sus hallazgos en humanos, analizando pacientes que habían sufrido un infarto y comprobando un incremento de monocitos en sus cerebros. Un seguimiento de dos años a más de 80 pacientes mostró que aquellos que durmieron bien después del infarto experimentaron mejoras cardíacas significativas, mientras que quienes durmieron mal tuvieron el doble de probabilidades de sufrir otro episodio cardiovascular.