Los Ángeles, 14 de abril 2018.- Cae el sol entre la gente que se mueve por Coachella, en California. Gritos, chiflidos y un corazón azul en una pantalla negra dan la bienvenida a hombres y mujeres engalanados como solo ellos saben. Ellas, con vestido negro y flores bordadas; ellos con saco azul, pantalón negro y camisa blanca. Los Ángeles Azules suben al escenario y dicen: “Desde Iztapalapa para el mundo”.
“A ver todos con las manitas arriba”. Los asistentes se miran entre sí y sus cuerpos bambolean de un lado a otro mientras inician fragmentos de canciones que dan paso a “Entrega de amor”.
“Te miro y me miras, amor”, corean los jóvenes que miran a los del barrio Iztapalapa. Sus manos en alto aplauden a los mexicanos que llegan a conquistar el festival con sus piezas de amor y cumbia.
Banderas de México hondean entre el público a la par que los cuerpos de algunas parejas bailan sea en su lugar o un espacio abierto.
“Las maravillas de la vida” y “Mi niña mujer” son de las piezas que conquistan los corazones de aquellos que intercambian palabras, besos, lágrimas y secretos.
“El listón de tu pelo” es recibido entre gritos de mujeres a quienes va dedicada este clásico que corre entre las calles de nuestro país. “Suelta, el listón de tu pelo”, corean los jóvenes cada vez que la agrupación los convoca animados, dejando llevar su cuerpo por las olas de la melodía que choca entre el encuentro de los cuerpos.
Desconocidos se toman de los brazos y con una sonrisa cómplice pasan debajo del de su pareja. Una vuelta, dos, tres más. La música de Los Ángeles Azules hace que el pasto ni el sol sea impedimento para sentirse dentro de una sala de baile.
“¿De causalidad hay gente de México?”, pregunta uno de los vocalistas. La respuesta que recibe hace temblar el escenario: por la izquierda y la derecha, por todas partes el grito mexicano hace temblar al festival y el espacio. “¿A ver la gente que no sea de México?”, la respuesta es un poco menos de imponente que la primera.
“La cumbia del acordeón” es una de las canciones que forman parte del repertorio y que abre paso a “Cómo te voy a olvidar”, canción en la cual aparece Kinky para acompañar a Los Ángeles.
En la pantalla negra comienzan a circular imágenes. Papel picado dan paso a una luna llena imponente mientras suenan las letras que todos conocemos y provocan en Estados Unidos lo mismo que en tierra azteca: hacer la sangre estremecer y recordar a la persona amada.
“La cumbia del infinito” baja el ritmo de la presentación y hace que los jóvenes congregados al escenario de Los Ángeles Azules exijan algo más movido, por lo que la agrupación les da “Toma que toma” y posteriormente les piden “Mis sentimientos”, con la cual todos pierden la cabeza y al grito de “manos arriba” la energía de Coachella se deja fluir por toda la pista besada por los pies de mexicanos y norteamericanos unidos al grito de cumbia.
Los Ángeles Azules se despidieron de Coachella entre aplausos y gritos llenos de pasión y fervor. Los mexicanos compartieron el escenario con artistas internacionales como SZA, Jamiroquai, St. Vincent y Pvris, entre otros. (Información: El Universal / Fotografías: El Universal)
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