Arponazos / Las trampas de Rafael del Pozo Dergal ponen en riesgo el proyecto del gobernador Carlos Joaquín González, pues es la antítesis de los “valores de una buena administración”.

**No solo hace uso indebido de funciones en la Secretaría de la Contraloría sino que usurpa profesiones, pues sin concluir la maestría en The University Center Coral Reef Caribe, presume ese nivel académico

Por Alejandro Vargas González

Rafael del Pozo Dergal, encargado del despacho de la Secretaría de la Contraloría del Estado, pone en riesgo los proyectos de gobierno de Jefe del Ejecutivo del Estado, Carlos Joaquín González, pues incumple con muchos de los requisitos y valores personales y culturales que hacen una buena admnistración.

Y es que Rafael del Pozo Dergal es la antítesis de todos los valores que el gobernador se ha propuesto rescatar para implantar en Quintana Roo un buen gobierno.

En su informe de gobierno, el mandatario Joaquín González dijo que su gobierno busca “reponer los valores culturales que hacen a la buena administración y que habían dejado de lado”.

“Valores que están en la más pura concepción de nuestro sentido ciudadano como son el orden, el esfuerzo, la verdad, la responsabilidad, el respeto, la transparencia, la confianza, la decencia y la austeridad, pues el gobierno está para servir no para servirse”.

En principio, Rafael del Pozo miente pues no ha concluido sus estudios de maestría como poposamente se adjudica el título tanto en su curriculum, como en su ficha técnica de fucionario público y hasta en diversas entrevistas periodísticas.

En una consulta que este reportero realizó en la University Center Coral Reef Caribe, resulta que Del Pozo Dergal no concluyó la maestria en Derecho Procesal Constitucional, lo que lo convierte en un usurpador de profesión que debe ser castigado.

Pues conforme al artículo 250 del Código Penal del Distrito, se castiga como usurpador de profesiones, al que se atribuye el carácter de profesionista, sin tener el título legal y ejerza los actos propios de la profesión que usurpa.

Pero las violaciones de Rafael del Pozo no se limitan a la usurpación de profesiones, pues también incurre en el uso indebido de la función pública por más que lo defienda el diputado perrediata Alejandro Ramos, quien ha dicho que “la conducta de Del Pozo es intachable”.

Sin embargo, para los abogadoa constitucionalistas Del Pozo Dergal incurre en dos delitos visibles ante los ojos del todos.

Y sí, como lo publicamos en este espacio el pasado 6 de septiembre, sin cumplir los requisitos de ley, “Rafita” (como gusta llamarle su padrino político, el diputado federal Eukid Castañón Herrera) se ostenta como titular de la Secretaría de la Contraloría del Estado de Quintana Roo, es por ello que incurre en el uso indebido de la función pública al no haber sido ratificado, a la fecha, por el Congreso del Estado.

Sin embargo, el proceder oscuro, tramposo e indecente de Rafael del Pozo Dergal no es de ocasión, es una práctica que le viene de sus años mozos en la administración pública.
Por el momento basta con mencionar el caso del mecánico que fue atropellado por una patrulla municipal, y que por desgracia quedo paralitico.
En este hecho, Rafael del Pozo formó parte de equipo de abogados defensores del mecánico lisiado y, más tarde, ya como director jurídico del municipio de Benito Juárez, él pagó 12 millones de pesos.
En esta indemnización, el mecánico fue el menos beneficido según relatan, pero ya daremos cuenta pormenorizada más adelante.

Además incurre en actos poco convencionales para un “funcionario de su nivel” con uno de sus colaboradores cercanos, pues a la vista de todos suelta algunas escenas que rayan en la indecencia.