Ciudad de México, 11 de agosto de 2017.- Un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) reveló que los dulces más consumidos en México poseen altas concentraciones de plomo, una situación que afecta la salud y el neurodesarrollo de los niños que los consumen.
El grupo de especialistas del INSP reportó que 20 caramelos presentan niveles de plomo por encima de los permisibles por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, el cual corresponde a 0.1 partes por millón (ppm).
La doctora en epidemiología ambiental y ocupacional adscrita al Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto, Marcela Tamayo y Ortiz, comentó que tras varios años de trabajo los resultados fueron publicados en 2016 en la en la revista Environmental Research.
El articulo llamado “Lead in candy consumed and blood lead levels of children living in Mexico City” indicó que entre los dulces que tenían concentraciones de plomo por encima del límite están:
- Rockaleta Diablo (0.70 ppm)
- Tiramindo (0.37 ppm)
- Ricaleta Chamoy (0.19 ppm)
- Tutsi Pop (0.13 ppm)
- Indy Marimbas (0.22 ppm).
Refirió que los primeros antecedentes surgieron en los años 90 y principios de 2000.
“Estados Unidos tiene un sistema de monitoreo de niveles de plomo en sangre muy bueno, entonces muchos estados de ese país comenzaron a detectar a niños con niveles de plomo alto, cuestionándose la procedencia del plomo: las investigaciones vieron que provenían de dulces hechos en México”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que una vez dentro del cuerpo, el plomo se distribuye hasta alcanzar el cerebro, hígado, riñones y se deposita en huesos y dientes. Además Tamayo y Ortiz agregó que aunque no muestra efectos de manera inmediata afecta el neurodesarrollo de los niños.
“Muchas veces sustituye las funciones del calcio: puede depositarse en los huesos y vivir ahí por 20 o 30 años. En momentos de remodelación ósea, el plomo depositado en los huesos sale al torrente sanguíneo y circula por la sangre; en mujeres embarazadas, al cruzar la barrera placentaria pone en riesgo el feto”, explicó.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt apuntó que el metal tóxico también afecta al coeficiente intelectual (CI). “Se calcula que a nivel poblacional, la exposición al plomo influye en la pérdida de hasta cinco puntos de CI”.
Expuso que si bien los efectos del plomo en la salud son irreversibles, una alimentación sana podría aminorar su absorción y el riesgo de desarrollar enfermedades renales y motoras durante el desarrollo y la etapa adulta.
“Debemos destacar que no hay nivel seguro de plomo para el cuerpo. Desgraciadamente en el país no hay un sistema de monitoreo para conocer las concentraciones de plomo en la población”, puntualizó.