El Malpensante/ La mano de Carlos Joaquín tiene forma de encuesta

Por Carlos Alberto Rosales

@Carlos85458323

La política no es solo  cuestión de apariencias y,  la gran pregunta  del gobernador es: si,  podrá dar alguna buena noticia que le permita recuperar la esperanza de los  quintanarroenses  hasta el minuto previo de las elecciones.

Es cierto que el dato duro que diéramos en exclusiva la semana anterior sobre la buena decisión del gobernador de convocar a Alberto Capella Ibarra a la Secretaría de Seguridad Pública del gobierno del Estado  ha logrado en poco menos de 2 meses una baja promedio en la zona Norte de alrededor de un 17 por ciento en los crímenes que asolan a la entidad.

Pero esto no alcanza pues, en otros aspectos, su administración está muy mal; por caso baste mencionar la declaración de la presidenta del Sistema Estatal Anticorrupción, Elsa Cortés Franco tras calificar de “preocupante la corrupción del Estado…”; de acuerdo  a una encuesta realizada por el INEGI y el Sistema Nacional Anticorrupción que ubica a Quintana Roo en el “—segundo lugar a nivel nacional en corrupción después del Estado de México” y, pese a que en 2017 la entidad se encontraba en el primer lugar.

Yo me pregunto, pues, ¿cómo estábamos en el sexenio anterior: mejor, igual? Se deberían comparar con números duros de sexenio a sexenio si la corrupción crece, se mantiene o decrece.

Y, atención, esto lo digo por lo que declaró textual la señora Cortés Franco que : “ tenemos que ponernos las pilas, hay que ponerse las pilas sobre todo porque venimos de seis años de un grave problema de corrupción y apenas son dos años de la actual administración. La percepción de la gente es que estamos igual o peor”.

Más allá de esto, el relanzamiento del nuevo partido político neo joaquinista de Confianza estuvo activo en la última semana en que su representante estatal Roger Cáceres Pascacio puso en funciones a las autoridades en Solidaridad y Felipe Carrillo Puerto. Asunción Ramírez, Samaria Ángulo de Ortega y, Elda Ramírez Salazar.

Ramírez y Angulo de Ortega son viejos cuadros reciclados de la etapa de presidente municipal de Solidaridad en el trienio 2005/08 de Carlos Joaquín de los cuales me reservo opinión ya que representan lo que quiere inspirar su nuevo partido: Confianza.

Pero regresando a la gran apuesta que tiene que ganar Joaquín González, en el próximo período electoral demuestra que tiene que echar mano a todo lo que consiga y, en ese aspecto la orfandad de cuadros políticos eficientes, siempre ha sido el punto vulnerable del gobernador.

Los argumentos para la creación de “Confianza”, persuaden a algunos, pero convencen a pocos. Mi duda es: cómo y con qué velocidad esta estrategia de su  todólogo  asesor de cabecera y los “si…carlistas”  rendirá los frutos necesarios  para cosechar  un éxito más menos mensurable en el próximo turno electoral.

El rostro de Quintana Roo en los primeros dos años y cacho de este sexenio muestra que está desencajado. Pero el gobernador tiene un punto a su favor con el tema de la inseguridad como hemos dicho anteriormente; porque pese al retraso en la  toma de decisiones, quedo claro que el poder no es una cuestión de opciones: se ejerce y, con el recambio en la Secretaría de Seguridad Estatal, está bajando el índice delictual.

También se debe  dar crédito a su alianza con los gobernadores del PAN para no aceptar los delegados con súper poderes con los que a partir del 1ª de diciembre próximo, el nuevo presidente, Andrés Manuel López Obrador pretende controlar a los gobernadores y municipios.

Como líder dela maltrecha alianza UNE, que lo llevo a la gobernación, Carlos Joaquín no esperará de brazos cruzados la decisión nacional de restarle poder y, al estilo Joaquín, con mucho de sentido común, pragmatismo y método adquirido, en el laboratorio electoral de los Joaquín Coldwell, exponentes puros de la política local que siempre priorizaron   eficiencia y operar de manera que el reconocimiento de la ciudadanía fuera su principal aliado.

La elección de diputados locales en Quintana Roo está en sus prioridades para tratar de que no debiliten su poder, camino a los tres años de su actual sexenio. Con ese marco  ya decidió que  habrá modificaciones sobre el proceso que guiará la toma de decisiones sobre las candidaturas, en los alicaídos partidos aliados que lo apoyaron y, en las nuevas franquicias que se están lanzando por estos días. Ese es el nudo gordiano que estrangula la paciencia del primer mandatario porque sabe que los días, las semanas, los meses pasan y, se le acaba el tiempo para elegir aspirantes  ganadores para el proceso electoral en ciernes.

El gobernador, como dije optará por el pragmatismo en general y por alguna simpatía excepcionalmente. El método de selección elegido es el de   quien mejor posicionado esté en las encuestas será el  que se calce la playera del equipo joaquinista sin banderías partidarias de ocasión.

Esa marca, con crisis de seguridad incluida, todavía empuja hacia arriba a quien diga representarla y, en esto el dedo de Carlos Joaquín  tendrá forma de encuesta.

Esa convicción del “jefe”  responde a un objetivo central: necesita en Quintana Roo, “su jurisdicción”, ganar   en unas elecciones que demuestren que Morena no es la que tiene el control de su territorio.

Fuentes de total confianza me dejaron trascender que hace unos días, en un despacho de la Casona de la 22 de Enero en la capital del Estado, se comenzaron a puntear los “posibles” en los distritos electorales y cuantos lograría el actual gobierno de los 25 diputados: los 15 de mayoría relativa de cada uno de los 15 distritos  y cuantos por el sistema de representación proporcional.

El gobernador tiene que poner en orden sus prioridades y hacer el cambio de colaboradores que la ciudadanía espera como señal para que le dé un nuevo apoyo electoral. Para que esto suceda, sólo tiene que tener algo “in pectore”: la gente ya está harta de la corrupción y hay que decirle basta.

 

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